Poetas y escritores afincados en Córdoba, como Juan Antonio Bernier, Roberto Loya, Pablo García Casado y Antonio Luis Ginés, han querido despedir hoy al maestro Pablo García Baena, y lo han hecho a partir del recuerdo a su obra literaria y remarcado que "muere la persona, mientras que el poeta sigue vivo".

Es el resumen que hace Juan Antonio Bernier, sobrino nieto de Juan Bernier, otro de los fundadores del Grupo Cántico, cuyo último poeta vivo era Pablo García Baena, fallecido ayer en Córdoba a los 96 años, y que este lunes está recibiendo el adiós de sus vecinos en la capilla ardiente instalada en el Ayuntamiento.

"Las letras no pierden a nadie, porque la obra de Pablo García Baena va a seguir existiendo en sus libros, confío en ello, y por tanto lo que pierde Córdoba es una persona, una gran persona, alguien que realmente ha tenido incidencia sobre la historia de la ciudad, la cultura de la ciudad", señalaba Bernier a su llegada al consistorio.

El joven escritor rememora que, solo por su parentesco con Juan Bernier, García Baena le mostró siempre un cariño especial, así como curiosidad y generosidad, aunque aclara que estas cualidades eran inherentes al poeta y podía comprobarlo "cualquiera que tuviera trato con él".

Por su parte, el escritor, periodista y poeta Roberto Loya, que no ha podido asistir al acto al encontrarse en Málaga, ha querido remarcar "la singularidad" de García Baena ubicándolo en su contexto del "barroco cordobés del siglo XX", que no impidió que conectar con "el modernismo de Juan Ramón Jiménez".

"Orfebre, como Ezra Pound, su poética significó un aliento frente a las espadañas grises de mediados del pasado siglo", afirma Loya.

Pablo García Casado, otra pluma cordobesa, considera que el fundador de Cántico era "un referente estético, pero sobre todo uno moral", sobre "cómo incorporarse a la vida civil e intelectual de una ciudad y de cómo sentirse uno más y no hacer de padrino".

"Tengo la sensación de que Pablo García Baena se ha ido con las tareas hechas, y aún así recuerdo que él estaba escribiendo un libro, y eso revela que fue una persona con un compromiso real con la literatura", ha manifestado el escritor sobre alguien a quien considera "tan importante como Robert Lowell, como Allen Gimsberg, como cualquier poeta de esa generación en cualquier sitio del mundo".

Finalmente, Antonio Luis Ginés, poeta y gestor cultural, advierte de que "su pérdida no es algo que se vaya a notar inmediatamente", sino que se tomará conciencia del vacío que deja a medida que pase el tiempo.

Para Ginés, se va "una persona capaz de encontrar la belleza en lo mínimo, en lo que casi nadie ve", y también un gran gestor cultural, cuya labor al frente del Centro Andaluz de las Letras (CAL) "le dio un sentido a muchas líneas de actuación en el sector".