La Unión de Pequeños Agricultores (UPA) de Córdoba criticó ayer «la inacción» de las administraciones frente a «la sequía más grave» que afronta la provincia desde 1995, y que ha requerido convocar «urgentemente» la mesa de la sequía.

El secretario de UPA Córdoba, Miguel Cobos, lamentó ayer que la falta de precipitaciones que se vive en Córdoba y la irregularidad de las mismas, como consecuencia del cambio climático, «están teniendo gravísimos efectos sobre la agricultura y la ganadería», y supone una «amenaza» de «estrangulamiento de actividades económicas» y de la conservación del medio ambiente.

Es más, el secretario provincial de la UPA, concretó que las pérdidas acumuladas por la sequía en el campo cordobés suponen 120 millones de euros.

Los principales efectos que la sequía produce en el sector agrario -según especificó UPA en una nota de prensa- son la falta de agua para el ganado extensivo; problemas en los regadíos; la falta de tempero para las siembras; la enorme pérdida de rendimientos en cultivos y producciones y la posible pérdida de ayudas de la PAC de mantenerse la regulación actual.

«Ante esta situación, desde UPA criticamos a las administraciones por inacción y por estar mirando hacia otro lado en lugar de asumir el problema y luchar contra él», reclamó Cobos, quien pidió que se destinen «ayudas directas a los afectados» y se convoque «urgentemente» la mesa de la sequía, así como plantear «rebajas fiscales y laborales» a quienes estén sufriendo los efectos de la sequía.

Asimismo, añadió que es «necesaria» una planificación hidrológica en el ámbito de todo el territorio andaluz, que debe tener entre sus ejes prioritarios la mejora y construcción de infraestructuras, la redistribución de los recursos, la utilización de aguas regeneradas, el fomento del ahorro en el uso del agua y la ampliación de regadíos sostenibles. En su opinión, se están construyendo muchas infraestructuras que «no tienen utilidad, como aeropuertos y carreteras», y en su lugar se podrían construir nuevos embalses o redimensionar los ya existentes para así poder ampliar las zonas de regadío, puesto que «una hectárea de regadío multiplica por seis su rentabilidad respecto a una de secano».

También puso de manifiesto la necesidad de actualizar las concesiones actuales a las comunidades de regantes, ya que «muchas están sobredimensionadas», y que sean las administraciones las que realicen esta redistribución de los recursos hídricos.

En definitiva, para el secretario de UPA en Córdoba es preciso lograr una mayor rentabilidad económica y social del agua no solo de cara a los agricultores, sino también para generar empleo. sin olvidar obtener un aprovechamiento más eficaz del agua ante la situación de escasez, que ya no es un problema «coyuntural» sino «estructural».