La Unión Europea no se quedará de brazos cruzados si Estados Unidos impone aranceles a la importación de productos europeos, según dejó ayer claro la portavoz del gobierno francés, Sibeth Ndiaye. Un reclamo a la acción que Bruselas respondió llamando a la negociación a la Administración encabezada por Donlad Trump y alertando de que los primeros afectados serán las propias empresas y consumidores norteamericanos.

La Organización Mundial del Comercio (OMC) abrió el pasado miércoles la puerta a las sanciones norteamericanas al dictaminar que Airbus se benefició de ayudas europeas ilegales. Una «victoria» que Donald Trump se apresuró a materializar con el anuncio de nuevas tasas a los bienes procedentes del otro lado del Atlántico. El portavoz de comercio del Ejecutivo comunitario, Daniel Rosario, replicó advirtiendo a EEUU de que si toma represalias, «estará empujando» a la UE a responder con la misma moneda. Algo que tarde o temprano también podrán hacer en Bruselas en el marco del contencioso abierto en la OMC por los subsidios ilegales de EEUU al fabricante Boeing y cuya decisión se espera para el 2020.

«Llevamos meses diciéndole a EEUU que era mejor encontrar soluciones amistosas que entrar en conflictos comerciales», enfatizó la portavoz francesa en BFM TV. Ndiaye añadió que «evidentemente» Francia quiere que haya una «respuesta concertada» en la Unión Europea para considerar las «medidas de represalia» que se pueden adoptar frente a Washington.

En los mismos términos se expresó el ministro francés de Economía, Bruno Le Maire, quien tras considerar que las sanciones americanas serían «un error económico y político» y hablar de la voluntad europea de rebajar la tensión avisó de que la UE está dispuesta a «responder de manera firme a las sanciones» en línea con las advertencias que salen de Bruselas.

Francia lamenta encontrarse a las puertas de una nueva guerra comercial con Estados Unidos, que puede dañar el ya de por sí precario crecimiento de la economía mundial.