El presidente de EEUU, Barack Obama, sorprendió ayer a Córdoba. En el discurso que ofreció al mundo islámico desde el auditorio de la Universidad de El Cairo, puso como ejemplo de tolerancia a la Córdoba y la Andalucía musulmanas. Sus palabras aludían a "una nueva relación" basada en el respeto mutuo e iban dirigidas a los 1.500 millones de musulmanes del mundo. Obama pidió tolerancia religiosa. "El Islam tiene una orgullosa tradición de tolerancia. Lo vemos en la historia de Andalucía y Córdoba durante la Inquisición". Esa fue la frase que pronunció el presidente estadounidense, que agregó que "ése es el espíritu que necesitamos hoy".

"Las personas de todos los países deberían ser libres de escoger su religión y llevar una vida como le dicte su mente, corazón y alma. Esta tolerancia es esencial para que la religión prospere, pero está siendo atropellada de muchas maneras diferentes", sostuvo Obama, que pidió un mayor respeto para los derechos de las mujeres y para la democracia. Así, Obama rendía un homenaje a la España musulmana, donde en la época califal los no musulmanes pagaban un impuesto especial pero recibían el trato de ahl al dhimma , el pueblo bajo protección.

Al Andalus fue un importante centro de la vida judía durante el medievo, en el que el pueblo hebreo representaba un 5% de la población y se convirtió en una de las comunidades judías más importantes de Europa. Las palabras del presidente estadounidense reclamaban esa tradición de convivencia. Contrarrestan también las declaraciones de los líderes de la red Al Qaeda, que en numerosas ocasiones se han referido a sus ambiciones de recrear un califato islámico "desde Andalucía a Indonesia".

Importante fue también que el presidente de EEUU insistiera en la necesidad de que coexistan un estado israelí y otro palestino. Obama lanzó un mensaje de reconciliación pero dedicó una atención especial al conflicto israelo-palestino, para el que eligió frases insólitamente tajantes en un mandatario estadounidense. No hizo concesiones a ninguna de las partes. Recordó que "amenazar a Israel con la destrucción, o repetir epítetos despreciables, solo sirve para evocar en las mentes de los israelíes la memoria del Holocausto". Pero también subrayó que "la situación del pueblo palestino es intolerable, y EEUU apoya la legítima aspiración palestina a la dignidad, la oportunidad y un estado propio". (Más información en páginas 38 y 39).