Del Córdoba de Medina Azahara, todo un himno de la ciudad, al Qurtuba de Queco. La música fue este año otra de las novedades de la gala de Los Cordobeses del Año, que esta vez arrancó con una primicia, un aperitivo del nuevo proyecto musical de Manuel Ruiz Queco, el montaje musical titulado Qurtuba, en el que se sumerge en los orígenes del cante hondo y que nace con la intención de convertirse en el musical flamenco made in Córdoba para los de aquí y para los de allá. Los asistentes a la gala tuvieron así la oportunidad de asistir anoche al preestreno (en versión reducida, claro está) del espectáculo que el productor musical cordobés presentará en la próxima edición de Fitur inspirado en el libro de Blas Infante Orígenes de lo flamenco y secretos del cante jondo.

Un arranque de lo más evocador que protagonizaron sobre el escenario artistas de la talla de Niño Seve, Moisés Vargas, Anabel Valencia, la bailaora de raza negra Esther Weekes, la Banda Morisca de Jerez y los coros y palmas de Ana Hernández. Delicatessen.

Y si Qurtuba trasladó al público a la música andalusí, mozárabe, morisca, negra y gitana, a los cantes de ida y vuelta, la voz dulce de Clara Campos acompañada por el laúd de Daniel Parejo aportaron el toque sefardí a la noche con la canción La rosa enflorece, y un poema andalusí. Todo un acierto.

El soplo de juventud llegó al final de la ceremonia con El Duende Callejero, una banda carpeña de rumba pop que tienen mucho arte y que rompieron el protocolo para contagiar de energía y buen rollo a los presentes con su buen humor y el temita que se marcaron, Barrer las penas.

Con las penas ya barridas en todos los corazones, la velada continuó a partir de ahí en los patios del Palacio de Congresos, donde se sirvió un cóctel. Y hasta ahí podemos contar.