No sabían lo que firmaban, los consejos de administración de sus empresas no se reunían y la responsabilidad de los asuntos contables y fiscales era de los asesores, en los que confiaban plenamente. Ellos solo se dedicaban a trabajar. Eso fue lo que alegaron ayer el empresario y ex concejal de UCOR Rafael Gómez y sus cuatro hijos en la primera sesión del juicio que se sigue contra los cinco por defraudar supuestamente casi 60 millones de euros con el impago de impuestos. Y tanto era según ellos su desconocimiento en temas tributarios que, como muestra, el propio Gómez llegó a declarar ante el juez que «no sé ni lo que es el IRPF».

Gómez, para quien el fiscal pide penas que suman 44 años de prisión por 11 delitos contra la Hacienda Pública, aseguró que «escribir no sé y leer... porque leo el periódico y cuatro cosillas». A partir de ahí, y respondiendo solo a las preguntas de su abogado, insistió en que los temas contables y fiscales los llevaba «la gente de la oficina y los asesores»; que él nunca dio indicaciones en ese sentido porque «no comprendo ni me entero», y que su único cometido era «trabajar». Además, resaltó que «en ningún momento me dijeron que se estuvieran haciendo las cosas mal»; sostuvo que los consejos de administración «en ningún momento» se reunían, y que nunca se repartieron beneficios. «Lo único en lo que yo estaba ocupado es en que la empresa creciese y en crear puestos de trabajo», dijo.

Gómez también exculpó a sus cuatro hijos, para quien el ministerio público pide 22 años de cárcel para cada uno por ocho delitos fiscales. «No entiende ni era su preocupación», apuntó sobre el mayor, Rafael, al referirse a los asuntos tributarios, algo que repitió en el caso de los otros tres. Es más, declaró que todos firmaban «lo que nos ponían por delante». «Hemos tenido siempre a los trabajadores de la oficina. Confiábamos en ellos y pensábamos que hacían lo justo. Y lo sigo pensando», explicó.

Gómez, que llegó a los juzgados sonriente -«estoy bien, no os preocupéis», le dijo a una nube de periodistas que lo esperaba en medio de una gran expectación mediática-, resaltó en su declaración que a la familia solo le movía «hacer cosas maravillosas para este mundo». Y una vez finalizada la sesión, insistió ya en la calle: «Por supuesto que nos hemos dedicado solo a trabajar, por eso hemos hecho tantas cosas. Gracias a los trabajadores hemos podido hacer tantos proyectos y tantas cosas en la vida».

El ministerio fiscal considera que los delitos se habrían cometido entre los años 2003 y 2006 a través de las empresas Arenal 2000, Arenal 2000 de Inversiones, Arenal 2001 y Grupo Inversor Arenal 2000, y se refieren al impago del impuesto de sociedades, de patrimonio y el impuesto de la renta sobre las personas físicas (IRPF).