José Antonio Nieto apura su primer día al frente de la Secretaría de Estado de Seguridad, con un país en alerta 4 de terrorismo, críticas a Zoido por unos nombramientos de bajo perfil técnico y pocas horas de sueño. Pese a todo, lo más duro de la jornada, quizá, contestar a la pregunta de su hijo cuando se han despedido: «Papá, ¿pero tú no te vienes a Córdoba?»

--¿Cómo se enteró de que iba a ser el número 2 de Interior?

--Me enteré unos días antes, en una conversación del tipo «y si te dijera que entras en el Gobierno, ¿te atreverías?» Luego hubo una llamada, el día de la apertura de las Cortes, a las 7 de la mañana y la confirmación, por la tarde. Ha sido una cosa de sopetón, pero también ha ocurrido con los ministros. Me imagino que será lo normal.

-Entiendo que la primera conversación fue con Zoido, ¿no?

--Sí. Tengo que agradecerle la tremenda confianza que ha puesto en mí. Voy a hacer todo lo posible para que salga bien.

--Es un puesto de enorme responsabilidad, ¿de qué perfil de asesores se va a rodear? ¿Alguno de Córdoba?

--Hay un gabinete técnico muy cualificado y hay otro más cercano, más político, con buenos profesionales, pero con los que aún no he podido hablar. Pido cualificación, lealtad y confianza.

--Hay quien opina que su cargo es para un técnico. ¿Le han sorprendido las críticas que ha recibido Zoido por los nombramiento?

--A mí ya no me sorprende nada. Además, una de las cosas que tenemos que proteger es la libertad de expresión. Ha habido secretarios de estado con perfil técnico y otros, con perfil político. El anterior, Francisco Martínez, ha sido ejemplar, técnicamente muy cualificado y ha hecho un magnífico trabajo en lo político. Ha dejado el listón muy alto. Aspiro a no bajarlo.

--Zoido ha dicho que partís «con vocación de diálogo», ¿le hacía falta al anterior equipo agudizar más el oído?

--No, creo que cada etapa tiene sus prioridades. En esta, la realidad del Congreso es muy diferente y las cosas irán más despacio, pero con más diálogo. La gente no hubiera entendido que con una mayoría absoluta se ralentizasen las decisiones. Ahora la realidad política es diferente y mis prioridades, también. Pero esto no es, ni mucho menos, una enmienda a lo que se hizo, sino una declaración de principios, lo que se quiere hacer ahora.

--Heredan uno de los ministerios más criticados en la anterior legislatura. ¿Cuáles serán sus prioridades al frente de la Secretaría de Estado?

--Las prioridades de este ministerio han sido las mismas desde hace muchísimos años, independientemente del color del Gobierno. La prioridad es garantizar la seguridad de la sociedad española. Si está garantizada habrá libertad, incluso para criticar al Gobierno, y si hay libertad, hay democracia.

--¿A qué debemos tenerle más miedo? ¿Cuál es la principal amenaza de España?

--Estamos en una época donde las amenazas son muy diversas y cambiantes. Mi antecesor marcó unas líneas que son impecables y que tenemos que seguir. Hay una línea para proteger a la sociedad española del integrismo yihadista, esa es una prioridad, y hay una línea de trabajo básica en ciberseguridad. Afortunadamente estamos en los niveles más bajos de la historia de España en delitos clásicos como robos y hurtos. Y hay una línea que es la lucha contra la violencia de género en la que debemos seguir trabajando. La semana pasada se acordó trabajar para alcanzar un pacto de estado en esta materia.

--El modelo antiterrorista que sienta sus bases en la lucha contra ETA, ¿es extrapolable a la lucha contra el yihadismo?

--Si en muchos países la referencia actual para ordenar los sistemas antiterroristas son los españoles, eso quiere decir que se trabajó muy bien y que lo que sirvió para luchar contra ETA sirve para luchar contra otros terrorismos, aunque haya diferencias.

--PSE y PNV acordaron ayer «el fin ordenado de ETA» y el acercamiento de los presos políticos. ¿Considera que la situación está madura para reformular la política de dispersión de presos?

--No estoy en condiciones de saberlo. Sería presuntuoso y temerario responder. Lo que sí creo es que hay que respetar lo hecho y en lo que se ha trabajado durante muchos años. Teniendo en cuenta eso y no olvidando lo que ha sufrido este país con el terrorismo, el diálogo tiene que ser el eje sobre el que se trabaje. Pero un diálogo donde ninguna parte quiera imponerse a la otra.

--Su antecesor asumió la defensa del proyecto de la polémica ley de seguridad ciudadana, ¿considera que debería modificarse?

--Esta ley es perfectamente homologable a cualquier norma europea. Se ha utilizado como una diana fetiche, donde todos los dardos podían caer; pero cuando se preguntaba con detalle qué aspectos eran tan criticables ya costaba más trabajo responder. Se ha profundizado poco en ella. Lo ha dicho el presidente del Gobierno: todo se puede hablar, pero vamos a hacerlo desde el respeto y el rigor. Habría que ver con más objetividad y menos ataques partidistas las normas que salen de un ministerio tan sensible como éste.

--Ahora ya está en su mano, ¿para cuándo la reforma de la Comisaría de Córdoba?

--Era uno de los compromisos que ya asumió el anterior ministro. El proyecto está en la fase de redacción del proyecto constructivo, que es complejo porque se hará sobre el mismo espacio y se seguirá trabajando, pero pondremos todo lo que está en nuestra mano para que sea una realidad en el menor tiempo posible.

--El campo andaluz, y cordobés en particular, exigen más medidas de seguridad, ¿las tendrán?

--Precisamente uno de los temas en los que el Gobierno ha sido pionero y más éxitos ha obtenido ha sido en la lucha contra la delincuencia en el mundo rural. Los equipos ROCA han funcionado estupendamente, aunque todo es mejorable, creo que vamos en la dirección correcta. El reto, de hecho, está en mantenerlo y dotar de medios a esos sistemas.

--¿Se considera un hombre de Cospedal?

--Me considero un hombre del PP, que ha trabajado ya en muchos ámbitos, que ha ido aprendiendo a base de esfuerzo. Nadie me ha regalado nada. Esta responsabilidad, este reto que asumo es muy complejo. Si el presidente y el ministro han entendido que este era el sitio donde podía servir mejor a este país y al Gobierno, estoy tremendamente agradecido. Ahora lo que tengo que confirmar es que esa decisión fue correcta.

--Hay quien lee su nombramiento en clave de congreso, ¿es una lectura equivocada?

--Después de muchos años, el presidente del Gobierno ha demostrado que cada cosa, a su tiempo, y ahora estoy seguro de que emplea el cien por cien de su tiempo a que el Gobierno se active y que se haga asumiendo la realidad política que tenemos, que en su momento habrá que abordar en el congreso.

--El exministro Margallo reconoció en la SER que hay dos sensibilidades en el Gobierno, ¿se siente parte de ese juego de pesos y contrapesos?

--Llevo muy poco tiempo, pero no percibo ni una sensibilidad ni otra. Lo que sí he percibido es una intensidad en el trabajo enorme. He notado cómo han bajado mis horas de sueño y se han incrementado las laborales. Esa es la única sensibilidad que hay en el Gobierno: trabajar fuerte y conseguir que las cosas se hagan lo mejor posible. No creo que quede tiempo para mucho más.

--Y entre esas cosas, ¿le dará tiempo a seguir siendo presidente del PP cordobés?

--Hasta el siguiente congreso provincial será así, pero lo tendré que ver. En las siguientes semanas tendré que ponerme al día de los temas de la Secretaría de Estado y eso lo va a sentir el trabajo que le dedicaba al PP de Córdoba y mi familia. Hemos aprobado un calendario exigente para preparar el congreso y quiero participar. Tendré que sacar huecos para seguir estando en Córdoba, a la que no quiero renunciar. Quiero seguir en mi ciudad, con mi gente, mi partido y mi familia.

--Entiendo entonces que le gustaría seguir presidiéndolo.

--No, en este momento no sé si es posible. Tengo que ver el margen de maniobra que me deja el trabajo en Madrid, pero tengo la tranquilidad de que las cosas se van a hacer bien en el partido porque hay un equipo magnífico.

--Hablando de equipo, Bellido ya ha expresado su deseo de ser alcaldable. ¿Lo apoyará? ¿Cree que sería un buen candidato?

--Está siendo un portavoz fantástico, creo que debe seguir defendiendo ese trabajo como hasta ahora. Ya llegará el momento de nombrar candidato, pero el trabajo siempre sirve cuando se le pone la inteligencia y la sensibilidad que le pone José María.

--Se trasladará con su familia a Madrid.

--Son las nueve de la noche y no me quedan menos de cuatro horas de trabajo... Mi familia va a seguir estando en Córdoba y espero poder ir algunos días a dormir a casa. Mis hijos están acostumbrados a mis ausencias; a lo mejor al que más trabajo le cuesta esto sea a mí.