Conseguir que a ningún niño de Córdoba le falte de nada de cara al inicio del curso, esa es la misión que, por quinto año consecutivo, se ha propuesto la asociación Te lo Regalo Córdoba, impulsada por su presidenta, Ana María Moles, para promover la solidaridad con los niños de las familias más desfavorecidas, en las que la crisis sigue vigente. Para ello, tanto la presidenta como otras voluntarias que trabajan con ella han puesto en marcha a través de las redes sociales una nueva campaña de recogida de material escolar nuevo o casi nuevo para repartir. «No hay mucha gente que done este tipo de cosas, así que también recogemos donativos, pero la mayor parte del gasto se realiza con el dinero que recaudamos a lo largo del año con nuestros mercadillos solidarios y con la subvención que tenemos de la Fundación La Caixa, que colabora con nuestras actividades solidarias».

Ana María Moles se enganchó a ayudar a las familias con menos recursos después de haber sufrido una difícil situación familiar que la obligó a pedir ayuda y que generó un amplio despliegue solidario que la sacó del apuro. Desde entonces, ha querido saldar esa deuda moral con Córdoba organizando actividades para colaborar con otros que también lo están pasando mal y, especialmente, evitar el sufrimiento añadido que la falta de medios económicos supone para los más pequeños en cualquier casa.

Para evitar la picaresca, la asociación realiza un proceso de selección a partir de una serie de documentos que pide a los interesados en recibir el lote de material. «Pedimos una serie de documentos para conocer los ingresos de las familias y si hay demasiadas solicitudes, se entrega a las que están peor», explica Moles, «el año pasado habíamos insistido en que la prioridad eran los niños de Primaria, pero al final pudimos abarcar todas las demandas y también entregamos lotes para los de Secundaria, 42 en total».

Según la presidenta de la asociación, «hay muchas familias que en este mes lo pasan fatal porque se les presenta un gasto extra muy fuerte y cuando tienes que llegar a fin de mes con unos ingresos de 400 o 500 euros como mucho y solo el material de un niño son 60 o 100 euros, te ves en un apuro», explica, «imagínate si hay más de un niño».

Convencida de la necesidad de seguir con esta iniciativa, Ana y su equipo reciben a principios de septiembre la lista de material que piden los colegios a las familias aprobadas y ellas mismas compran en librerías de barrio las cosas. «Queremos apoyar a los comercios pequeños», explica convencida. Sobre los listados, Ana se queja de que «cambian mucho de un colegio a otro, pero algunos se pasan pidiendo y hasta te exigen lápices Alpino o rotuladores Carioca, que son más caros, sin pensar en que las posibilidades económicas no son las mismas en todas las casas».