Pétalos de rosa lanzados por las mujeres al Guadalquivir como símbolo de alegría y de paz y velas encendidas en recuerdo de los fallecidos del Holocausto. Esas son las claves de la Ceremonia del Río que cada año se repite en Córdoba con motivo del Día Internacional del Pueblo Gitano, que se conmemora el próximo 8 de abril, un día que muchos gitanos aún desconocen porque, según me dijo el otro día uno de los miembros de esta comunidad, «el día de los gitanos es todo aquel en el que llueve y sale el sol (todo a la vez)». Hace 47 años, también un 8 de abril, se instituyeron en Londres el himno gitano y la bandera, que mezcla el verde del campo y el azul del cielo con una rueda que alude a la itinerancia de un pueblo que durante siglos fue esencialmente nómada.

La orilla del Guadalquivir volvió a ser ayer, con un poco de antelación por cuestiones de agenda, punto de encuentro de esa ceremonia en la que las mujeres tienen siempre una presencia mayoritaria y en la que se destacó precisamente el papel de la mujer gitana como eje vertebrador del cambio, también «en la igualdad de género», como subraya el manifiesto conmemorativo. Y es que en una cultura como la gitana, el empoderamiento de las mujeres está teniendo importantes efectos. «La fuerza, el compromiso y el valiente día a día de la mujer romaní» es lo que está liderando ese cambio que pretende evitar la doble discriminación de ser gitana y mujer, señala el manifiesto. Ejemplo de ese esfuerzo son, por ejemplo, las mujeres que han creado el proyecto Gitanas emprendedoras en Córdoba, una web surgida del programa Edyta de educación digital que impulsan la Fundación Secretariado Gitano y la Fundación Orange y que ya está dando sus primeros frutos. «Estas mujeres están protagonizando el cambio social del pueblo gitano», ha asegurado el coordinador provincial de Secretariado Gitano, Francisco J. Jiménez.

En esta ocasión, la ceremonia contó con la presencia del Defensor del Pueblo, Francisco Fernández Marugán, que visitó Córdoba para solidarizarse con las reivindicaciones de este colectivo y participar en las actividades organizadas, así como de un nutrido grupo de concejales del Ayuntamiento de Córdoba del PP (José María Bellido, María Jesús Botella, Salvador Fuentes y Luisa María Arcas), PSOE (Andrés Pino) y Ganemos (Mª Ángeles Aguilera).

Tras la lectura del manifiesto, en el que la asociación Kamira reclamó medidas en Córdoba en ámbitos clave como la vivienda, la salud, el empleo y la educación, y antes de que el río se llenara de pétalos de rosa y sonara en directo el himno gitano, tomó la palabra el concejal de Educación, Andrés Pino, que dijo recoger el guante lanzado por la asociación en nombre del Ayuntamiento y destacó las aportaciones del pueblo gitano a la sociedad «porque es un pueblo de valores», aseguró. «El martes aprobaremos una declaración institucional en apoyo al pueblo gitano y contra la discriminación», explicó tras sentenciar que «para el Ayuntamiento es una obligación luchar contra la marginación».