En la provincia de Córdoba residen casi 34.000 personas mayores de 70 años, de las cuales unas 25.000 tienen más de 80 y en torno a 6.700, más de 90. El aumento de la esperanza de vida en una sociedad en la que cada vez se tienen menos hijos y el ritmo de vida es más acelerado, se ha convertido en un hándicap para el que no hay recursos suficientes. Según datos de la Consejería, Córdoba cuenta con 59 centros residenciales en toda la provincia que gestionan las 2.622 plazas para personas mayores que hay concertadas. De estas, 2.299 son para mayores en situación de dependencia y 323 para mayores con graves trastornos de conducta. Solo un centro es de titularidad pública y gestión directa de la Junta, que cuenta con apenas 124 plazas de las que 26 son para mayores dependientes. Según fuentes del Foro Andaluz de la Dependencia en Córdoba, «el número de plazas concertadas para mayores es claramente insuficiente en el contexto actual, teniendo en cuenta además que nuestra provincia es una de las que tiene una tasa de envejecimiento más alta». El perfil mayoritario de los usuarios dependientes de las residencias de estas es el de mujeres de más de 80 años con un grado importante de deterioro cognitivo y físico que, generalmente, obliga a las familias, si las hay, a recurrir a esta vía para garantizar una atención adecuada.

Los profesionales que trabajan en este ámbito y las familias se quejan además de la complejidad burocrática que supone para los mayores el proceso de dependencia. «Muchos mueren antes de que los llamen y otros ni siquiera llegan a acabar los trámites por problemas de movilidad, porque desisten o por no tener familiares que les ayuden», aseguran.