Tras la ponencia, Isabel Ambrosio respondió a las preguntas de los asistentes, resumidas por el director de CÓRDOBA, Francisco Luis Córdoba.

-Aunque no estamos en tiempo de campaña oficial y teniendo en cuenta que domina las distancias cortas mejor con la gente que con su partido, le preguntan: ¿Cómo lleva la formación de su lista?

-Ahora toca que compañeros que forman parte de este gran partido muestren su disponibilidad y que se vea apoyada por las propuestas de las agrupaciones locales. Mi responsabilidad está en conformar un equipo a la altura de Córdoba, a la altura de la responsabilidad que significa gestionar los intereses generales de esta ciudad y tener capacidad para transformarla.

-¿Le ha dado tiempo para singularizar su mensaje dentro de un gobierno de coalición? ¿Tanto monta, monta tanto, en este caso, Isabel como Pedro?

-Estos 4 años resitúan a cada uno en su ámbito de responsabilidad. Me cuesta trabajo ejercer ese liderazgo entre comillas, que algunos entienden que debe ejercer una alcaldesa, soy más de buscar los acuerdos y no tomar las decisiones en primera persona, pero cuando me ha tocado dar un puñetazo encima de la mesa lo he dado y cuando he tenido que poner los intereses de la ciudad por encima de los intereses de otras formaciones políticas, lo he hecho. Creo que con el paso del tiempo tengo más capacidad y herramientas para seguir, de manera diplomática, pero también con autoridad que es lo que piden los cordobeses. Cuando ya no existe posibilidad de llegar a acuerdos, hay que tomar una decisión. Y si me toca a mí, no me tiembla el pulso

-¿El cambio en la Junta le pone las pilas o lo pone todo cuesta arriba?

-El cambio me preocupa como a muchísimos cordobeses porque en estos primeros días estamos viendo cómo se están tomando decisiones que pueden poner en riesgo el trabajo que ha desarrollado este tierra durante años. Hablo de políticas sociales con mayúscula, de no tener en cuenta los intereses de la ciudad o con proyectos que llevan esperando demasiado tiempo.

-Hay muchas preguntas sobre temas económicos. ¿Por qué Córdoba no puede tener una oferta mucho mejor para las inversiones? ¿Qué ocurre para que las fábricas se instalen fuera de Córdoba? La agilización de licencias...

-Esto no surge hoy. Hay que mirar hacia atrás para tomar decisiones. Hay que ver cómo se ha comportado la inversión pública y la privada a lo largo de los años. Yo sí asumo la responsabilidad de que tenemos que mirar hacia adelante. Hemos dado ejemplo de que cuando tendemos la mano a los agentes económico-sociales hemos sacado una buena respuesta. En eso hay que seguir. Hay que reclamar las inversiones que necesita la ciudad, buscar la diversificación de la economía en aquellos sectores donde podamos tener oportunidad, cerrar filas en torno a los intereses de Córdoba y empezar a andar, que es lo que nos ha faltado quizá durante muchos años.

-Hay muchas preguntas de temas concretos, proyectos que no se han hecho o que al final se amontonan. Estamos hablando del Centro de Convenciones, de la Normal de Magisterio o del Cordel de Écija. ¿No padecen todos los gobiernos el síndrome de los malos estudiantes que lo dejan todo para el final?

-Son casos diferentes. En los dos primeros estamos hablando de la consecuencia de una manera de adjudicar obras públicas para favorecer la oferta más económica, y ya sabemos qué hay detrás de lo más económico: abandonar obras y tener que pelearte para que te den la razón de que los intereses generales están por encima de la disponibilidad de la empresas de contratación. Eso no es de mal estudiante sino consecuencia de no tener autonomía local para que los recursos de un Ayuntamiento los podamos gestionar de una manera más eficiente. El proyecto del Cordel de Écija se podía haber puesto sobre la mesa hace un año y medio, buscando un titular, pero nos ha parecido más sensato que lo conociera todo el mundo y que pudiera madurar, porque esta ciudad está cansada de proyectos que se quedan en maqueta porque no han sido trabajados previamente.

-¿Esa es la respuesta a la polémica que hubo sobre que el Cordel de Écija se apoyara en un proyecto que ya tuvo otro aprobado en un concurso previo?

-Esa es la propuesta, que después del paso de los años, en una ciudad que ha avanzado y tiene otros necesidades, esa es la que encaja con la legalidad y por la que seguimos apostando desde nuestro ordenamiento jurídico. Además explora oportunidades en actividad económica y cose oportunidades con el distrito Sur, donde se concentra la mayor brecha. Esta es la virtud de la política social, que los cambios lleguen a la ciudadanía y puedan mejorar sus condiciones de vida.

-¿Hay actuaciones previstas a corto plazo para mejorar la Gerencia Municipal de Urbanismo?

-Está en cartera la aprobación de la ordenanza para simplificar obras y actividades. Poder concentrar una propuesta de redistribución que nos permita agilizar. La GMU debe ser el corazón que haga posible que circule a buen ritmo la economía en la ciudad. Su objetivo no puede estar exclusivamente en proteger el planeamiento de una ciudad. Si la GMU no está al servicio de la actividad económica, algo estaremos haciendo mal. Una de mis principales tareas es que la administración funcione mejor para dar mejor respuesta.

-¿No es contradictorio hacer un llamamiento a la unidad y luego tomar decisiones como el cambio de nombres en el callejero?

-Esa decisión es parte del trabajo de una comisión en la que estaba representado el Movimiento Ciudadano, las asociaciones memorialistas y los grupos municipales. Ese acuerdo se adoptó por mayoría. De esos 15 nombres, 12 se han acordado por unanimidad, y 3, por mayoría. Si eso no es llegar a acuerdos, cuénteme qué es.

-¿En qué situación está Caballerizas?

-Estamos a punto de cerrar fecha para firmar el acuerdo de cesión para que sea de titularidad municipal. Ha costado mucho trabajo y recursos, pero merecía la pena. Junto con Caballerizas, están los dos edificios de Lepanto y la Farmacia Militar, todos del Ministerio de Defensa y que vendrán a mejorar la capacidad de Córdoba. Caballerizas Reales, asumiendo con mayor garantía la actividad del espectáculo ecuestre; los dos edificio de Lepanto, para culminar la reforma de la Ronda Marrubial; y la Farmacia Militar, porque hay un proyecto que mejorará nuestro modelo de comercio y mercado municipal.

-¿Han servido para algo los años de polémica con la Mezquita?

-Eso habría que contestarlo en el último momento y no ha llegado. Creo que se trataba de posicionarnos como Ayuntamiento, fruto del compromiso que adquirimos con esta ciudad, y con la mayoría, en pos de la titularidad pública, el respeto al culto católico y tender la mano para mejorar la gestión del bien turístico, y en eso vamos a continuar. De esos tres argumento nadie me va a descabalgar.

-Pregunta alguien, y pongo comillas, si se va a poner freno «al abuso» de las cofradías con algunas calles de Córdoba.

-Se trata de conformar una actividad que no es cualquiera, la Semana Santa, con una manera de hacer que hemos defendido. Hemos cambiado la carrera oficial, que era una reivindicación de la Agrupación de Hermandades. Solo tiene ahora mismo dos años de vida y, como todo, necesita mejorarse. Hay un compromiso firme. Respecto a la instalación de palcos en la carrera oficial tiene que venir con todos los parabienes, que termina dando la comisión de Patrimonio de la Delegación de Cultura de la Junta.

-Alguien afirma que en Córdoba falta un proyecto cultural sólido, ¿esto no debería encauzarlo el Ayuntamiento?

-Cualquier proyecto cultural tiene muchas raíces: equipamientos, ahí nuestra reclamación para el Museo de Bellas Artes; otro de los ejes es la actividad cultural de la ciudad; y si hay otra raíz que hay que cuidar más es la iniciativa y la actividad empresarial. Esa industria, que en ocasiones como la Capitalidad creció, está a día de hoy readaptándose a la nueva realidad.

-Córdoba necesita más limpieza de calles, menos suciedad de perros y baches, mejores aceras. Esa es una impresión que tienen varios asistentes.

-El Ayuntamiento tiene la responsabilidad de dar la prestación del servicio y respuesta a los vecinos. Estos 4 años hemos garantizado que se haga desde el ámbito de lo público. No les voy a contar detalles, pero los esfuerzos para garantizar que a día de hoy los cordobeses sigamos siendo los grandes accionistas de las empresas públicas han sido muchos. Nos hemos empeñado en eso, porque nos da más capacidad de respuesta. Ahora queda dar otro salto más: en el ámbito de la prestación del servicio, hay pequeños elementos que debemos mejorar. Hablo de esa respuesta en actuaciones vía pública, reparación de averías o en la actividad que se realiza desde Infraestructuras. A día de hoy debemos ser más ambiciosos, porque nadie puede entender que la prestación de los servicios se haga de lunes a viernes, de 8 a 3. Una ciudad tan grande necesita un servicio más ampliado y personalizado. Eso se hace con una cabeza desde lo público, pero fortaleciéndose con más músculo desde la colaboración público-privada.

-¿Qué broche se colocaría en su solapa al final del mandato?

-Haber iniciado un cambio tranquillo y sensato, que haya colocado a los cordobeses en el centro de la política y el de asumir el impulso y el desarrollo económico de esta ciudad.