Una gran manifestación que partió de la plaza de las Tres Culturas y acabó en La Corredera, unas 20.000 personas según la Policía Local, cerró anoche por todo lo alto el 8-M en la capital cordobesa. Se impuso el mensaje feminista: «por una igualdad real». Aunque no estuvieron todos. Faltaron los representantes del PP, siguiendo las directrices de su líder nacional, Pablo Casado.

Con las elecciones a la vuelta de la esquina, cada partido estuvo donde estimó oportuno, pero la división política no mermó la fiesta reivindicativa del Día de la Mujer. Los participantes en las distintas concentraciones y actividades celebradas en Córdoba se contaron por miles. Y más allá de las cifras, «se trata de ver que este movimiento tiene cada vez más fortaleza y la capacidad de unir a muchísimas generaciones, que es el gran reto que tenemos por delante», dijo la alcaldesa de Córdoba, Isabel Ambrosio, una más entre las miles de mujeres, y hombres, que participaron en la movilización.

AMANECER FEMINISTA

El 8-M se inició en la capital cordobesa con un «piquete inaugural» a las puertas de Sadeco, en el que participaron colectivos feministas y representantes de CNT, CGT, CoBAS y SAT, los sindicatos que convocaron el paro de 24 horas. Por su parte, CCOO y UGT convocaron paros de dos horas, mientras CSIF lo hizo de una hora.

También hubo piquete de madrugada en Aucorsa. Sin incidentes, salvo un retraso de 45 minutos en la salida de los autobuses, que ayer circularon con el cartel de «servicios mínimos».

Con la luz del día, los cordobeses se toparon con los primeros símbolos y lemas del 8-M en numerosas estatuas, adornadas con papel y cartulina.

El piquete feminista se trasladó al centro. Intentaron repartir propaganda en la delegación de Hacienda y corearon sus lemas a las puertas de El Corte Inglés o de Zara. «Algunas dependientas nos han dicho que aunque no hacen huega, sí irán esta tarde a la manifestación».

Al grupo, que fue creciendo hasta alcanzar el medio centenar de personas, se unieron la concejal de IU y secretaria provincial del PCA, Alba Doblas, y la ex parlamentaria andaluza de IU y ex consejera de Fomento, Elena Cortés. Doblas subrayó la importancia del 8-M «para visibilizar el trabajo de las mujeres», y señaló como uno de los grandes retos acabar con la discriminación en las pensiones.

Al mediodía, la concentración convocada por CCOO y UGT ante el Ayuntamiento congregó a unas 1.500 personas. En Capitulares hubo representantes de todos los grupos municipales salvo del PP. A los sindicatos no les pasó desapercibido. «Desde UGT nos hubiese gustado una mayor unidad política», señaló el secretario provincial, Vicente Palomares. «Y la misma virulencia que tienen algunos partidos para luchar por otras cuestiones como los símbolos -añadió-, me gustaría que la tuvieran para luchar por la igualdad real entre hombres y mujeres».

La secretaria provincial de CCOO, Marina Borrego, subrayó que «la huelga no solamente es feminista, sino de hombres y mujeres, porque hay muchos que están con nosotras y hasta que no logremos la misma igualdad no habrá una igualdad real»

CCOO ofreció los primeros datos de participación. Según el sindicato, los paros tuvieron especial incidencia en la enseñanza y la industria, donde el 95% de las plantillas de las grandes empresas secundaron la huelga.

Tras la concentración de Capitulares, el epicentro del 8-M se trasladó a los Jardines de Agricultura. Música, banderolas y globos morados contra la violencia machista, y hasta un espacio habilitado como ludoteca.

«UNA FUERZA IMPARABLE»

Los colectivos feministas leyeron sus manifiestos y tampoco aquí faltaron políticos de la mayoría de los partidos. Esta vez sí estuvo el PP. Acompañada por las nuevas delegadas territoriales de la Junta, acudió la expresidenta de la Diputación y actual secretaria general del PP de Córdoba, María Luisa Ceballos. La dirigente popular señaló que su partido no acudiría a la manifestación por considerar el «manifiesto excluyente». Pero quiso dejar claro el compromiso del PP con las mujeres. «Hoy es el día de todas las mujeres -dijo-, no de unas sí y de otras no».

También se vieron caras conocidas del PSOE, entre otras, la parlamentaria andaluza Rosa Aguilar, exalacaldesa de Córdoba. Ella resumió en una frase el sentimiento que unía ayer a tantas mujeres. «Nuestra fuerza es imparable y de la igualdad emergerá una nueva sociedad», señaló Aguilar.

A las seis y media de la tarde, esa «fuerza imparable» se materializó en los miles de cordobeses que se sumaron a la gran manifestación del 8-M del 2019, donde, sobre todo, se impuso el color morado de la lucha feminista.