«Da miedo capitalizar el paro, pero me pudieron más las ganas que el miedo, que lo sigo teniendo», afirma Ana María Sánchez, que desde el pasado 1 de septiembre regenta la tienda de moda de mujer Ana Chez. Tiene 48 años de edad y lleva 27 trabajando en comercios de ropa, y recuerda que «no he estado parada nunca».

El cierre del último establecimiento en el que trabajó la condujo al desempleo y, de ahí, a montar su propio negocio, en el que ha empleado a una compañera de su anterior trabajo. Ana María detalla que en el Centro de Apoyo al Desarrollo Empresarial «me han ayudado bastante» con el asesoramiento legal, aunque lamenta que, a pesar de que «se habla mucho de ayudas, yo no he podido acceder a ninguna».

En su tienda trabaja con marcas italianas, francesas y nacionales, y aclara que «me he ido a lo que conocía, poco a poco espero ir ampliando». Atiende a clientas de todas las edades y ofrece «un servicio personalizado, mi experiencia, que son muchísimos años, y atender bien al cliente, que creo que se está perdiendo». En cuanto a la diferencia respecto a estar empleada por cuenta ajena, explica que «involucrarme en el negocio de otro ya me había acabado desilusionando», mientras que ahora, aunque es «muy complicado», tiene la «satisfacción personal».