Córdoba tiene en el mercado más de una veintena de casas señoriales que individualmente cuestan, como mínimo, un millón de euros y que juntas suman más de 50 millones. Entre ellas destaca el palacio de Torres Cabrera, edificio del siglo XVII que pertenece a la familia Cruz Conde y que comercializa la compañía inmobiliaria Engel & Völkers. El palacio de 2.384 metros cuadrados construidos está a la venta por 12 millones. El responsable del departamento de fincas exclusivas de la empresa, Alejandro Berdud, confirma que el edificio sigue en venta y continúa negociándose la operación, e indica que es el único palacio que ofrece Engel & Völkers en Córdoba.

Lançois Doval, empresa especializada en la comunicación de la venta o alquiler de propiedades de prestigio, muestra más de una docena entre la capital y la provincia, de las que hay varios ejemplos de casas señoriales. En su lista de propiedades exclusivas hay de todo, desde un palacio del siglo XVII, pasando por un olivar con una hacienda del siglo XVIII, hasta un restaurante en una casa señorial en Montilla.

El propietario de Lançois Doval, Roberto Menetray, afirma que los dueños de estos bienes con «valor añadido» piden «llegar a segmentos de mercado más enfocados, sobre todo, a negocios hoteleros, en concreto a hoteles con encanto». Este tipo de propiedades no se venden de un día para otro, sino que necesitan tiempo. De hecho, algunas de las consultadas en distintos portales llevan un mínimo de dos años. Venderlas «no es tarea fácil», reconoce Menetray, que afirma que «seguimos viviendo tiempos convulsos». Añade que estas casas suelen atraer a compradores nacionales y destaca la proliferación de conventos en venta. En Córdoba, las monjas clarisas vendieron el convento de Santa Isabel a la empresa catalana Arete 2016, que lo convertirá en un hotel. La misma compañía adquirió la casa Colomera para el mismo fin.

Idealista muestra una casa cerca de Las Tendillas, que comercializa la inmobiliaria Capitán, «ideal para hotel y apartamentos turísticos» valorada en 3 millones. Uno de los trabajadores del portal explica que «las grandes casas del centro son caras y hacen que sea complicado para una familia adquirirlas, de ahí que su uso hotelero sea más fácil». En pleno casco histórico, en el Realejo, hay otra más barata, un millón de euros, de tres plantas reformada, que ofrecen varias inmobiliarias.

El portavoz del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (API), Agustín León, explica que hace unos años hubo «el boom» de comprar viviendas para rehabilitarlas y residir en ellas pero su «coste es desorbitado, por lo que ahora se busca más su destino para hotel. León calcula que el uso del 99% de los inmuebles singulares es turístico u hotelero. Además, «los hoteles ya hechos se venden muy bien, ahorran costes y son más rentables».