Córdoba no estuvo ayer entre los primeros puestos del ránking de afortunados por el sorteo extraordinario de la Lotería de Navidad, que a diferencia del año pasado fue poco madrugador y transcurrió pausado hasta el último tramo, cuando los niños de San Ildefonso cantaron atropelladamente hasta tres premios importantes. El Gordo se hizo esperar mientras se iban conociendo quintos premios sin que la ciudad de Córdoba y los municipios de la provincia figuraran en ninguna de las largas listas (de hasta 100 municipios) por donde se iban repartiendo los millones. Es lo que tienen las máquinas expendedoras de décimos, que permiten acceder a cualquier número desde los puntos más dispares del país, pero acaban por deslocalizar los premios, dispersos décimo a décimo entre una larga lista de agraciados anónimos de un sinfín de localidades.

La primera buena noticia para Córdoba llegó a eso de las diez de la mañana justo en ese formato pequeño de los versos sueltos que dejan las terminales de lotería. En este caso, un décimo de uno de los ocho quintos premios, el 22.259, vendido en Priego de Córdoba por Vicente J. Rodríguez. Para esta administración era el primer premio que reparten en el Sorteo Extraordinario de Navidad, pero no el único, ya que antes han dado el premio de la Nacional.

El tiempo pasaba, los premios iban conociéndose poco a poco y Córdoba seguía sin aparecer en los listados facilitados en la web de Loterías y Apuestas del Estado. Hasta que se conoció el segundo premio, el 4.536, y se supo que dejaba su rastro dinerario en Rute y en Luque, localidad esta última donde Miguel Molina ya es conocido como el lotero de la suerte, después de tres años consecutivos repartiendo miles de euros a sus paisanos. En esta ocasión, 125.000 euros para cada uno de los dos décimos vendidos a través de su terminal. El año pasado fueron 1.250.000 euros también de un segundo premio y el anterior, un premio de la lotería del Niño. Una trayectoria que, según confesaba ayer, ya es más que conocida, lo que se ha visto reflejado en las ventas, que han registrado un notable ascenso este año respecto al pasado.

El segundo premio también dejó huella en la localidad cordobesa más dulce de cada Navidad, Rute, donde durante varias horas se creyó que se habían vendido 40 décimos del 4.356, por una confusión de la fuente informante. Los cinco millones de los que se habló en un principio se quedaron finalmente en 375.000 euros, al resultar agraciados únicamente tres décimos.

Casualidades del destino hicieron que los alcaldes de ambos municipios, Felisa Cañete y Antonio Ruiz, estuvieran juntos en una rueda de prensa a la hora en la que se conocía que Luque y Rute habían sido tocados por la barita mágica de la suerte presentando el Plan Impulso. Ya saben, cuando la lotería te regala millones, eso es impulso. Antonio Ruiz se quedó pasmado cuando un periodista de la casa le preguntó por el premio. «¿Que ha tocado? Espera que llame por teléfono», dijo antes de confirmar la noticia y, entusiasmado, felicitar a los premiados y asegurar que «Rute es el pueblo de la Navidad y ya se lo reconoce hasta la Lotería». Felisa Cañete, pese a que ya debe estar acostumbrada a que su municipio aparezca entre los agraciados desde hace varios años, también dio la enhorabuena y dijo que el dinero «vendrá bien para a aliviar la situación económica de muchos vecinos». Ojalá que dos décimos den para tanto.

Mientras tanto, Córdoba capital seguía desaparecida. Y a punto estuvo de estarlo por completo si no llega a ser por el décimo de un quinto premio, el 60.272, vendido en la administración mixta situada en la avenida del 28 de Febrero, muy próxima a Sagunto. Agustín Hidalgo se mostraba ayer encantado de haber repartido el único premio de la ciudad, adquirido a través de una máquina. 6.000 euros para un comprador anónimo. «La gente cada vez pide más números de lotería de fuera de Córdoba, a través de las máquinas, porque consideran que así tienen más posibilidades de que les toque». Quizás no vayan descaminados, visto lo visto este año. En la misma tesitura que Agustín Hidalgo se vieron los loteros de Santaella, Adamuz y Nueva Carteya, que del mismo modo fueron protagonistas del día al haber dispensado décimos sueltos del quinto premio 60.272, que recibirán 6.000 euros.

Paqui Salado, la mujer que regenta el bar donde se encuentra la única máquina donde adquirir lotería de Santaella, fue una de las personas que estuvo en el foco ayer por la venta de uno de esos décimos. «Ha llamado mucha gente y me han hecho fotos», confesaba simpática mientras revelaba que ella también había cogido un pequeño pellizquito, 100 euros y 20 euros de reintegro de otro. Menos da una piedra. El ganador de su pueblo, un joven llamado Manolo G. «Lo conozco, claro, pero está trabajando y me lo ha dicho su tío», explicaba sincera. Como Paqui, muchos cordobeses se tuvieron que conformar con los pellizcos de reintegros, terminaciones y pedreas. Otros se tiraban ayer de los pelos por lo cerca que se habían quedado. En el mesón Guerrita, por ejemplo, se vendió el número 06.613, una terminación muy solicitada, la del 13, que sin embargo apenas toca, pero que en esta ocasión dejará entre los clientes y amigos que lo compraron 120 euros. En Diario CÓRDOBA, el año del 75 aniversario pasará también a la historia por haber dejado una alegría a sus trabajadores, 100 euros por décimo del 59.348, que termina igual que el tercer premio. Nada que ver con los 400.000 euros que se repartirán Pili Acaíñas y Carlos Rísquez, la pareja flamenca de Pozoblanco. La mano de la artista fue la que eligió el número. Y es que, ya se sabe, que en esta vida hasta para elegir número hay que tener arte. Quien quiera, que pruebe ahora con el Niño.