Todos los ojos, hasta los de los Reyes Magos, estuvieron durante la tarde y parte de la noche de ayer pendientes del cielo, pero al final la lluvia fue de caramelos y no de agua para las cinco cabalgatas de las barriadas periféricas y para la de Ciudad Jardín, la última en salir, aunque en este caso el cortejo se vio interrumpido ya por la calle Damasco por el agua que cayó.

La amenaza de lluvia fue precisamente lo que obligó a sus majestades a suspender la cabalgata de Trassierra. El riesgo que supone la lluvia en carreteras de sierra para las carrozas y para sus ocupantes infantiles hizo que se tomara esta difícil decisión. El desfile se sustituyó por una fiesta infantil en el centro cívico, donde sus majestades repartieron 1.500 juguetes, 600 balones y 250 kilos de caramelos. Hubo también payasos y una merienda con chocolate y 700 raciones de roscón.

La de Villarrubia adelantó media hora su salida para esquivar la lluvia y la comitiva agilizó el paso durante todo su recorrido. También fueron a un buen ritmo las carrozas de Alcolea, El Higuerón, Santa Cruz y Cerro Muriano. En concreto, las tres carrozas de la de Santa Cruz entraron en la nave municipal para merendar habiendo repartido 1.500 kilos de caramelos y mil juguetes.

La cabalgata de Alcolea tuvo que apresurarse al final de su recorrido, ya que empezaba a chispear, tras repartir 2.600 kilos de gominolas, 1.800 de caramelos y 3.000 juguetes y balones. Los Reyes Magos de Alcolea fueron los más madrugadores al llevar regalos a los mayores de la residencia El Yate antes de las 10 de la mañana. Y tampoco se les pagaron las sábanas a las majestades que visitaron ayer la asociación San Rafael de Alzhéimer y otras dolencias.

La de Cerro Muriano, con cuatro carrozas, una de piratas, regaló 2.000 kilos de caramelos y en el polideportivo ofreció una merienda con chocolate y roscón. Por su parte, los vecinos de El Higuerón estaban felices anoche tras terminar el desfile y haber podido repartir en la calle un millar de caramelos, 4.000 balones y 900 kilos de chuches.

La más tardía, la de Ciudad Jardín desafió pasadas las 20.30 horas la previsión de lluvia. Para abrir el desfile los Guardianes de la fuerza de La Guerra de las Galaxias, tras ellos la banda de música y cinco carrozas desde las que tirar 1.500 kilos de caramelos, 3.000 paquetes de gusanitos, 1.500 paquetes de gominolas, 800 balones y 6.000 regalos. Tras hacer parte del recorrido, tuvo que anticipar su final por la tromba de agua que cayó cuando se encontraba en la calle Damasco. La última cita de sus majestades en la calle fue el reparto de regalos en la plaza de la Marina del Parque Figueroa.