Se trataba de ser consecuente con la trascendencia de la ceremonia pero, sin restarle empaque y solemnidad, también vivir la cita como una fiesta por lo que implicaba de hacer justicia con la figura del emblemático torero cordobés.

Ese era el espíritu de un acto que, decía antes del comienzo un responsable municipal medio en broma medio en serio, «va a reunir a la crème de la crème... Pero la crème de la de arriba». Y no exageraba mucho, porque si no estaban todos los que son... sí que eran todos los que estaban: Representantes de lo más granado del mundo taurino, cultural y social de Córdoba. Empezando por los toreros, que no ahorraron abrazos al reencontrarse. Rafael González Chiquilín, José María Montilla, Gabriel de la Haba Zurito, José Luis Moreno... Y por supuesto, el presidente de honor de la comisión del aniversario de Manolete: Manuel Benítez El Cordobés, que al entrar se encontró a bocajarro con un círculo de periodistas de medios cordobeses. El Cordobés, cuando vio que lejos de preguntarle sobre cuestiones personales y de la prensa del corazón le inquirieron sobre lo que motivaba el acto, el legado de Manolete, se relajó visiblemente y contestó con toda suerte de elogios al cuarto Califa y de sonrisas a las cámaras. Se ve que no se lo esperaba.

Los corrillos antes y después del acto permitieron también departir a familiares de Manolete con autoridades (no hubo ningún concejal de IU ni de Ganemos, pero sí casi todos los del PSOE y PP) y representantes de otras instituciones, muchos de ellas nombradas en su día Medalla de Oro de la Ciudad, como Cáritas, la Federación de Peñas, Amigos de los Patios, la Real Academia, Diario CÓRDOBA... todo ellos en un acto que presidió una gran foto de Manolete. Serio, como seguro que hubiera estado para la ocasión, pero relajado y con ojos que interpelaban al espectador.