Pese a los valores que reúne la ciudad califal de Medina Azahara, su candidatura a la Unesco no llegó hasta el año 2014, aunque su andadura hacia el título tuvo un primer intento en 1998, cuando llegó a incluirse en la lista indicativa española de monumentos susceptibles de ser declarados Patrimonio de la Humanidad. Sin embargo, cuatro años después, en el 2002, fue descartada.

La nueva inclusión del conjunto arqueológico en el camino hacia el reconocimiento supuso una gran noticia, y rápidamente comenzó un proceso que se inició con la redacción del expediente de propuesta de inscripción. En noviembre del 2014 comienza la revisión del documento, que hasta febrero del 2016 la Junta de Andalucía no remite al Estado español. Un mes después, en una reunión del Consejo de Patrimonio Histórico Español, celebrada en Córdoba, se aprueba por unanimidad que la ciudad califal de Medina Azahara sea la única candidata española para su inclusión en la Lista de Patrimonio Mundial en el año 2017 y su posterior evaluación en el 2018. Tras algunos cambios en el documento, el Estado remite, a finales del 2016, la versión definitiva del expediente, que se transmite al Icomos, el organismo consultivo competente para su evaluación.

A partir de este momento, comienzan los primeros exámenes para el conjunto arqueológico, que en septiembre del 2017 recibe la visita del evaluador de la Unesco Attilio Petruccioli. Durante tres días, el experto mantuvo reuniones con distintos estamentos, instituciones y colectivos vinculados al bien analizado. Tres meses después, la candidatura del conjunto arqueológico recibe un informe favorable por parte del evaluador, aunque con algunas recomendaciones, y, tras llevarse a cabo, obtiene la confirmación definitiva del Icomos el pasado mes de mayo.

Y mientras todo esto sucede en los despachos, Córdoba comienza a trabajar para fortalecer la candidatura de todas las maneras posibles. Así, en abril del pasado año, la Consejería de Cultura empieza a estudiar la posibilidad de ofrecer visitas nocturnas guiadas al yacimiento durante el verano, aunque, finalmente, se retrasan a finales de septiembre. Los trabajos en busca de apoyos a la candidatura se intensifican en los últimos diez meses, en los que la aspiración de Medina Azahara es compartida por todos y alcanzar el cuarto título Patrimonio de la Humanidad se convierte en uno de los objetivos principales para la ciudad y la provincia.

Bajo el lema Enamórate de Medina Azahara, la ciudad que brilla, se presenta en septiembre del pasado año la campaña de promoción de la candidatura, cuyo logotipo luce tres arcos de herradura entrelazados que hacen referencia a la puerta de Yafar, uno de los lugares más representativos de la ciudad palatina. Por otro lado, un vídeo ofrece espectaculares imágenes de los restos arqueológicos. Impulsar, dar a conocer la candidatura y la búsqueda de la complicidad de la sociedad fue el siguiente paso. Así, en octubre, el ministro de Turismo de Líbano, Avédis Kdenian, mostró su apoyo a la aspiración del conjunto arqueológico durante su visita a Córdoba para participar en la jornada por el vigésimo aniversario de las Rutas del Legado Andalusí, que se celebró en el conjunto arqueológico.

Poco después, fue el Pleno del Parlamento de Andalucía el que ofreció su apoyo unánime a la ciudad califal en su camino a convertirse en Patrimonio Mundial de la Unesco. Mientras tanto, se recibe la buena noticia de que la World Monuments Fund, una organización privada dedicada a la preservación de la arquitectura histórica y los sitios del patrimonio cultural de todo el mundo, está dispuesta a inyectar a la segunda fase de la restauración del Salón Rico de Medina Azahara --cerrado desde el 2009 y con la obra paralizada desde el 2014-- la cantidad de 150.000 dólares.

Otro importante espaldarazo llegó de la mano de la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, que ofreció su tradicional mensaje de Fin de Año desde la ciudad palatina, lo que evidenció el reto del conjunto arqueológico ante todos los andaluces. Y también las pasadas Navidades la ciudad califal se convirtió en el escenario de un «documental viviente» gracias a una actividad que puso de relieve su valor natural y faunístico. A comienzo de este año, fue el Pleno de la Diputación el que aprobó por unanimidad iniciar la redacción del proyecto para mejorar el acceso al conjunto arqueológico de Medina Azahara, que incluye el ensanche y un carril peatonal en las vías provinciales. Ya en febrero, más de sesenta instituciones, asociaciones, entidades sociales y culturales de la ciudad participaron en el primer acto oficial de respaldo a la candidatura, un multitudinario apoyo que el consejero de Cultura, Miguel Ángel Vázquez, celebró diciendo que «hacen falta muchas manos en la defensa, la protección y puesta en valor de Medina Azahara» y «hoy se demuestra que toda Córdoba está detrás de la candidatura».

En marzo, el apoyo llegó desde el Congreso de los Diputados y las luces de Medina Azahra volvieron a encenderse en abril, un mes en el que se conoció que la segunda fase del Salón Rico comenzaría a acometerse a finales de este año y en el que se lanzó una nueva campaña de apoyo a la candidatura destinada a que los ciudadanos se adhirieran al manifiesto Enamorados de la ciudad que brilla. Con mayo también llegaron buenas noticias. La Junta de Andalucía decidió acometer una serie de medidas para facilitar el acceso y la visita al conjunto arqueológico.

Y cuando las expectativas no podían ser mejores después de recibir el informe favorable del Icomos, fueron las denominaciones de origen que protegen el aceite de oliva cordobés las que evidenciaron su apoyo plantando cuatro olivos de distintas variedades en los jardines del centro de recepción de visitantes del yacimiento. Después llegaron los apoyos del gremio del taxi y el de los alcaldes de la provincia y, cuando Medina Azahara encaraba su recta final hacia el título, Diario CÓRDOBA mostró su apoyo a esta candidatura con la convocatoria del primer concurso de pintura que tiene a la ciudad califal como protagonista. Con estos mimbres, Medina Azahara ha llegado a su meta, una aspiración que se remonta a veinte años atrás.