El doctor José Peña Martínez, catedrático emérito de Inmunología de la Universidad de Córdoba (UCO), exjefe del servicio de esta especialidad del Hospital Reina Sofía, exrector de la UCO y expresidente de la Sociedad Española de Inmunología, repasa, desde su punto de vista, la crisis sanitaria y en otros ámbitos que se está viviendo en España y en todo el mundo debido a la pandemia del nuevo coronavirus.

-¿A lo largo de su trayectoria como inmunólogo había asistido alguna vez a una pandemia tan grave como la causada por el nuevo coronavirus?

-Me impresionó la pandemia del sida desde su comienzo en 1981, por la inmunodeficiencia grave que causaba. De hecho, aún no se dispone de una vacuna contra el sida, aunque por fortuna, la mayoría de los pacientes vive recibiendo tratamiento con antirretrovirales.

-¿Qué papel juega el sistema inmunológico frente al coronavirus, pues parece que el sistema inmune no funciona igual en los pacientes que se recuperan con respecto a los más graves?

-Efectivamente, el sistema inmune que normalmente nos defiende, en algunos casos puede traicionarnos y atacarnos a nosotros mismos. Es el caso de las enfermedades autoinmunes. En lo que respecta al covid-19, el sistema inmune consigue eliminar al virus en la mayoría de los casos. Esto ocurre no atacando directamente al virus, sino destruyendo las células que han sido infectadas por el mismo. De esta manera, se evita su replicación y que siga dañando tejidos y órganos. En lo que se refiere a los pacientes más graves, esta maniobra del sistema inmune se descontrola y sobrepasa en intensidad, produciéndose tal grado de deterioro en los pulmones que la persona infectada puede morir por falta de ventilación pulmonar y de oxígeno.

-En línea con lo expuesto anteriormente, ¿por qué son más graves las consecuencias del coronavirus en las personas de más edad y qué importancia tiene en este apartado la llamada inmunosenescencia?

-Todos sabemos que las personas mayores son más susceptibles de padecer la infección por covid-19, de forma más severa que otras personas de menor edad. Esto se explica por las características propias de su sistema inmune, que se deteriora con la edad, al igual que ocurre con otros órganos (vista y oído, entre otros). Pero, ¿en qué consiste? A estas edades, los órganos encargados de formar los linfocitos, que son los soldados del sistema inmune, se van atrofiando. Esto crea un grave problema porque se pierde la capacidad de identificar nuevos virus, como el covid-19. Además, las personas mayores dejan de producir un tipo especial de linfocitos reguladores que actúan evitando errores y excesos del sistema inmune. Esto hace que los mayores no controlen bien la intensidad de la respuesta inmune que puede llegar a ser exagerada, en cuyo caso adquiere una gran capacidad destructiva. Esto se debe a lo que es conocido como tormenta de citocinas, que termina asfixiando a la persona. De ahí que en muchos países se estén incorporando al tratamiento del coronavirus sistemas de frenado de las defensas, tal como se hace en la artritis reumatoide. Esto explica la inflamación final del pulmón, que puede conducir a la muerte del paciente por destrucción de células pulmonares. Hemos de saber que el sistema inmune no actúa destruyendo directamente los coronavirus, sino a las células que este sistema utiliza para multiplicarse, que en este caso son las propias del pulmón que termina ocasionando la muerte por asfixia.

-Por tanto, ¿sería también muy importante que se estudiaran los anticuerpos de los pacientes recuperados para conocer más a fondo la enfermedad y poder encontrar un tratamiento y una vacuna?

-Para controlar la pandemia todos coinciden en que es necesario hacer más test de diagnóstico (PCR). La medida de anticuerpos formados frente al covid-19 se hace por una técnica serológica mucho más sencilla y económica que el test de medida del virus por PCR en sangre. Tiene la ventaja de que se puede realizar en todos los laboratorios medianamente equipados de España. Esto ayudaría a conocer cuándo una persona padece o no la infección y a aquellas que ya la han pasado. Según las últimas noticias, Alemania está proponiendo la idea de hacer test masivos a la población con el objeto de hacer un carnet de inmunidad. Parece ser que aquellas personas que han pasado la infección (inmunes) no se volverían a infectar ellas ni infectarían a otras personas.

-¿Estudiar la genética de las personas frente al del coronavirus es igualmente imprescindible en estos momentos?

-Efectivamente, sería de mucha utilidad realizar estudios sobre el fondo genético de las personas que no se han infectado y las que sí. Sería también interesante estudiar la correlación que pueda existir entre el perfil genético de los infectados y la gravedad con que han padecido la infección. Sabemos que en otras infecciones este es el caso. Se ha visto una estrecha relación entre la infectividad y los tipos de moléculas de histocompatibilidad (HLA) que están implicadas en la batalla del sistema inmune frente a los virus. Sin embargo, hasta la fecha, no se han hecho públicos estos estudios, que podrían ser importantes y además ayudarían a explicar las diferencias entre países o incluso regiones de un mismo país.

-¿Cómo debe preparar una persona su sistema inmunológico para intentar que esta infección le afecte lo menos posible?

-Agradezco esta pregunta porque muchas personas están pendientes de fortalecer el sistema inmune en este momento, pero considero que no es lo adecuado. Lo que se necesita es ayudar a las defensas o corregir alguna insuficiencia, como puede ser por ejemplo la falta de vitamina D, pero en términos de apoyo y ayuda. Creo que no es necesario tomar un exceso de vitaminas y superalimentos. Lo bueno es seguir una dieta sana y equilibrada, como la mediterránea. Esto es válido, sobre todo, en los mayores, en los que el sistema inmune está quitando la vida, en muchos casos, por sobreactuación defensiva. Además, considero muy importante durante el tiempo que dure la pandemia, especialmente durante el confinamiento, saber controlar el estrés, realizar actividad fisica a diario de forma moderada, utilizando los recursos disponibles en casa (mientras dure el estado de alarma), no dormir demasiadas horas y no abusar del alcohol.

-¿Se puede saber cuánto podría durar la inmunidad de alguien que ya haya pasado la infección por coronavirus?

-Se puede conocer de manera muy sencilla, midiendo los niveles de anticuerpos desarrollados frente al covid- 19 que se encuentran presentes en sangre. La técnica es muy simple y además se trata de un método serológico cuyo coste es 50 veces menor que la PCR.

-¿Hay algún motivo por el que en España ha habido tantos contagiados y fallecidos por coronavirus? ¿Qué lectura hace de esto?

-Honestamente, no sabría analizar con rigor las posibles causas de la evolución en España de esta pandemia. En ello puede intervenir la política aplicada por la Administración y otras circunstancias asociadas a nuestra manera de ser, muy comunicativa y sociable. Todo demuestra que hay un gran número de contagios que, de confirmarse, puede indicar que la segunda oleada (que previsiblemente vendrá) pueda ser leve, si se pasa del 70-80% de personas infectadas ahora, al romperse la cadena de transmisión.

-¿Se equivocaron quienes compararon o siguen comparando el coronavirus con la gripe?

-Se trata de situaciones diferentes, ya que el virus de la gripe aparece cada año, con ligeras modificaciones respecto al año anterior, y las personas están parcialmente inmunizadas. Por el contrario, el covid-19 es muy distinto a otros coronavirus, por lo que encuentra un sistema inmunológico totalmente desprevenido. De ahí que la respuesta anual frente al virus de la gripe sea eficiente, incluso sin vacunarse, cosa que no estamos viendo con el covid-19, que es especialmente agresivo con los mayores puesto que estos, por su edad, tienen serias limitaciones para defenderse, como hemos comentado anteriormente. Para la gripe disponemos de una vacuna que no tenemos frente al covid-19, que además posee una capacidad de contagio muy potente.

-¿Estima que está siendo de utilidad el confinamiento?

-Creo, sin duda, que está siendo de utilidad el confinamiento y así lo consideran también los expertos en epidemiología de todo el mundo. En España, en concreto, está siendo de máxima utilidad el confinamiento como freno al contagio masivo.

-¿Debe estar la sociedad esperanzada en que la forma de vivir que existía antes del coronavirus volverá a la normalidad alguna vez?

-Sin duda. La vida se normalizará pasado algún tiempo y nos quedará lo que esta pandemia nos haya enseñado. La capacidad humana de aprendizaje y de resistencia es enorme. De hecho, la humanidad se ha repuesto en el pasado de muchas pandemias con alta mortalidad. De no ser así, sería catastrófico. Porque el futuro de nuestro mundo globalizado, en el que más de la mitad de la población ya vive en ciudades, depende de ello. Por esto creo que debemos empezar a prepararnos con la práctica de hábitos de vida saludables, aumentando el apoyo logístico en los hospitales y la investigación biomédica, sobre todo para encontrar nuevas vacunas.