Antonio Moreno (Córdoba, 1965) es catedrático de Electrónica en la Universidad de Córdoba y exdirector del Máster en Energías Renovables Distribuidas, una iniciativa que, a diferencia de otras, se ha centrado en la integración de renovables en las redes inteligentes y con la que «intentamos formar a los alumnos en los retos que plantea la integración a gran escala de este tipo de tecnologías», explica.

-¿Cómo valora la implantación de renovables en Córdoba?

-Realmente, el desarrollo que veníamos trayendo hasta, aproximadamente, el 2010 iba en sintonía con los objetivos que se había marcado la comunidad europea dentro del contexto español. Con el cambio de Gobierno, entra en una situación de crisis total, en el sentido de que muchísimas empresas que se dedicaban a este sector quebraron porque se cortó la subvención a instalaciones. Se ha estancado la aparición de nuevas instalaciones, tanto en Córdoba como en España. España era hasta ese año, prácticamente, líder mundial. Ahora mismo está en una posición central. Muchas empresas han tenido que irse al extranjero a trabajar, muchos ingenieros nuestros, de esta escuela, que estaban trabajando en ese tipo de empresas han tenido que emigrar.

-¿Es necesario que se sigan desarrollando instalaciones?

-Entiendo que sí. De hecho, lo bonito o lo curioso de la situación es que estamos en un cambio de modelo energético. Si España no lo lidera, lo va a liderar otro país, pero se están produciendo cambios muy sorprendentes, sobre todo porque determinadas tecnologías renovables están ya bajando tanto de precio que son, en muchos países, competitivas con el precio de la energía que nos suministra la red eléctrica. Puede que llegue un momento en que los precios sean tan interesantes que en entornos rurales sea muy interesante no estar conectado a la red eléctrica.

-¿Pasarían a suministrarse a través de las renovables?

-Exactamente. Antes, las tecnologías de suministro aisladas se hacían en los puntos donde no había posibilidad de llevar la red eléctrica. A día de hoy ya aparecen otras cuestiones como las microrredes, en muchos países donde no hay una infraestructura ya no estamos hablando de instalaciones aisladas para un edificio, sino que estamos hablando de microrredes. En ese contexto, la posibilidad de hibridar diferentes tecnologías también es muy interesante.

-¿La microrred se entiende como una red específica para una zona?

-Exactamente. Puedes hablar de microrred, de nanorred, depende del tamaño, pero en definitiva lo que tienes es un número de usuarios con una instalación autónoma y diferentes puntos de generación. La microrred sería un apartado dentro de lo que serían las redes inteligentes, en el sentido de que puedes tenerlo conectado o no, pero tienes cierta capacidad o autonomía a la hora de controlar tanto la generación como la demanda, independientemente de la propia red. La situación que tenemos hoy en día es muy interesante, estamos en un momento efervescente. Ahora mismo, la gente se está preparando para el boom futuro.

-¿Se espera que en los próximos años se vuelva a producir un impulso?

-Posiblemente, sí. El tema está muchas veces en el autoconsumo. Un consumidor doméstico está muy atrapado en la forma que se relaciona con la compañía eléctrica pero, por ejemplo, a nivel de consumidores comerciales muchas empresas están optando por decir «a lo mejor a mí me interesa tener una instalación propia fotovoltaica para autosuministro, porque ya me sale más barato que depender de los precios que me ofrece la compañía eléctrica».

-La potencia instalada en Córdoba se duplicó coincidiendo con la caída de la construcción. ¿Han sido las renovables un sector refugio para inversores?

-En aquel momento, ocurrió. Muchas empresas del sector inmobiliario entraron en el tema de las energías. De hecho, nosotros en el 2010 empezamos un máster de energías renovables y en aquel momento los alumnos que tuvimos, básicamente, eran personas que venían del sector de la construcción.

-¿Fue acertada la suspensión de las primas a la instalación de nuevas plantas?

-En aquel momento esa tecnología no estaba tan desarrollada como está ahora, si no había subvención posiblemente no hubiera sido rentable instalarla. La situación ahora es distinta, parece que se ve como que aquello fue excesivo, el apoyo. Los gobiernos subvencionan otras cosas, en fin, es una cuestión opinable.