Las direcciones locales de Izquierda Unida, Ganemos, Podemos y Equo tenían previsto reunirse ayer de nuevo para decidir si celebrar el domingo o aplazar la asamblea que habían fijado para explorar de nuevo los inciertos caminos de la confluencia en Córdoba (al cierre de esta edición no se había concretado aún la fecha pero todo apunta al día 10). Igual que ocurrió en 2015, será de nuevo la fórmula (la coalición de partidos o la agrupación de electores) y las cuotas (la representatividad de las formaciones en la asamblea y su parte alícuota en las listas) los principales escollos para la formación de un sujeto político unitario, toda vez que nadie pone en duda la sintonía en contenidos.

De hecho, eso ya ocurrió en octubre, cuando Ganemos decidió salir de las negociaciones por no compartir con IU y Podemos los criterios para la fusión. La publicación hace unas semanas de una carta de colectivos llamando a la unidad hizo replantearse a estas formaciones su papel en mayo, por lo que las direcciones locales impulsaron otra vez los contactos.

Este escenario se produce de manera simultánea a las negociaciones que IU y Podemos mantienen abiertas desde hace meses para reeditar en Córdoba la marca de Adelante Andalucía, que estrenaron en las pasadas autonómicas con irregulares resultados. IU ha concluido sus primarias internas, proclamando como candidato a Pedro García frente a Amparo Pernichi; y Podemos se encuentra inmersa en sus propias primarias, a las que concurren dos candidaturas: la de Jorge Hidalgo y la de Juan Alcántara.

El candidato de IU, no obstante, ya hizo un aviso a navegantes en una entrevista a CÓRDOBA al decir que la coalición estaría preparada, llegado el caso, a concurrir en solitario a las elecciones, mientras que el coordinador local de Podemos, Jorge Hidalgo, parece cómodo en este nuevo intento de confluir con todos.

Por ahora, la formación más cauta en este escenario de arenas movedizas ha sido Equo, que no ha expresado públicamente sus preferencias. En Andalucía se salieron del acuerdo IU-Podemos, y en Córdoba, en 2015 se integraron en Ganemos, siendo la formación que más corazón ha puesto en esa aventura, por encima incluso de Podemos, que fue desdibujando su papel en la agrupación electoral. Curioso es también el papel de los que comparten doble militancia en Podemos y Ganemos, sobre todo si finalmente concurren por separado a las urnas estas dos formaciones.

Fuentes consultadas por este periódico aseguran que si no se llega a un acuerdo, se quiere sellar un pacto de no agresión para evitar añadir más fractura en un escenario de alta fragmentación política: «Si no vamos juntos, al menos que vayamos de la mano». Las derechas multiplicaron al dividirse. La izquierda, está por ver. Al igual que eso de ir de la mano.