Regresa más maduro. No solo porque así lo reflejan las cifras. Tanto en el campo como fuera de él, Javi Flores muestra su clara evolución con respecto al chaval que se fue. Vuelve como capitán y no elude ni el compromiso en la caseta ni con el objetivo.

-El regreso de Javi Flores a casa. Un Javi Flores diferente al que se marchó hace ocho años.

-Sí, evidentemente. Cuando vas cumpliendo años vas adquiriendo mucha experiencia dentro del campo. Cuando me fui de aquí tampoco jugaba en una posición que se adaptara bien a mis cualidades y la verdad es que estos dos últimos años en Elche he jugado en una posición, con tres por dentro y también con dos que me iba muy bien. Con mucha libertad dentro del campo y encontré la confianza de mis compañeros y de mi entrenador para desenvolverme en esa posición, poder aparecer por todos los sitios del campo y los números han sido muy buenos y las sensaciones personales también. He pasado dos años en los que he disfrutado mucho, tanto dentro como fuera del campo y la experiencia, que te da jugar tantos partidos, la edad... Al final uno va conociéndose a uno mismo dentro del campo y sus sensaciones. Cuando tienes 20 años no te das cuenta de eso, evidentemente. Ahora echo la vista atrás y me doy cuenta de que ahora he adquirido cosas que cuando tenía 20 o 21 años no las tenía. Pero bueno, eso es normal en el fútbol. A nivel profesional estamos viendo a gente de nivel top. Mbappé y esta gente con 20 años, parece ya que tienen 35, pero eso son gente muy privilegiada. La edad y la experiencia te dan un saltito dentro del campo.

-También los contratiempos. Cuando asciende aquí a Segunda, poco antes de ascender con el Elche a Primera, llegaron lesiones importantes.

-Sí que ha habido momentos de mi carrera donde he tenido lesiones, no musculares, porque muscularmente no he tenido muchas, más bien pocas, pero sí que aquí el año de Segunda, cuando ascendimos y estaba Paco, recuerdo perfectamente aquella pretemporada. Iba muy bien, iba como un tiro, la verdad, aun teniendo el problema del quinto meta, que lo arrastré durante toda la pretemporada. Tuve el problema y dolores durante toda la pretemporada, hasta que se rompió. Pero iba muy bien. Tengo clara una cosa: si ese año no me rompo habría sido mi mejor año seguro. Porque con Paco tenía la libertad de jugar por dentro en el mes y poco que estuve en el equipo con él y el equipo tenía mucho el balón. Hubiese disfrutado mucho. La vida y el fútbol son momentos también. Al final sí que las lesiones son momentos un poco puntuales de tu carrera que si tienes la suerte de no lesionarte y enganchas un año muy bueno con 20 años, como tenía yo entonces, pues fíjate. Estás hablando de una cosa muy diferente a lo que fue. Pero bueno, aprendí de ello y aun así siempre me levanté. ¿Que podía haber tenido otra carrera? Pues sí. No sabemos si mejor o peor, pero lo bueno es que al final uno siempre se levanta. Soy positivo y cuando empieza un año olvido lo que ha pasado anteriormente.

-Curioso, porque aquí había un halo sobre usted de estar muy protegido y sin embargo, con esas experiencias, ha demostrado tener cabeza dura.

-Nunca tuve la sensación de ser un futbolista frágil de cabeza, la verdad. Me considero que en el campo siempre daba la cara. Podía estar mejor o peor pero... Aquí y donde he estado, ¿eh? Considero que soy un futbolista que puedo equivocarme, como todos, pero creo o entiendo que nunca intento esconderme en el campo. Siempre intento aparecer, ayudar a mis compañeros, no me importan las circunstancias del partido, pero intento ayudar. Puede salir mejor o peor pero siempre, cuando termina un partido, no me gusta echarme en cara que no lo he intentado, que no he aparecido porque hayan pitado o el partido esté feo, que me haya escondido. Cuando un futbolista está bien es porque casi siempre el colectivo está bien. Y nosotros no es que estuviéramos mal colectivamente, pero siempre estuvimos en años muy de salvarnos casi siempre al final. No pasa nada, son años que han pasado y con la experiencia de ahora lo hubiera visto de otra manera. Igual no estuve al nivel que debía ni las circunstancias eran las mejores. El fútbol es así, no se pueden cambiar las circunstancias y con la edad que tenía es evidente que no tienes la experiencia que tienes ahora, está claro.

-Usted ha cambiado más que el Córdoba, que parece siempre igual.

-La verdad, cuando vine sabía las circunstancias, por lo que no me voy a quejar. Nuestro objetivo dentro del vestuario es claro: tenemos que ascender. Cuando llegue junio, el equipo tiene que estar en Segunda. Todo lo que sea distraernos de ese camino que tenemos que llevar es perder fuerzas y posiblemente nos desvíe del camino. Entonces, el club tiene ahora mismo unas circunstancias, seguramente se van a arreglar, aunque no sabemos el tiempo que tardará, pero seguro que se van a arreglar. Aunque es difícil, todos tenemos que tener la cabeza puesta en el fútbol, en lo deportivo y en los entrenamientos nosotros. Y en los domingos, nosotros y la gente, porque cuanto más unidos estemos seguramente mejor rendimiento sacaremos adelante.

-La afición es fundamental.

-Sí, pero es que no tengo dudas de que van a estar con nosotros, porque ya nos lo han demostrado. Tenemos 10.000 abonados que seguramente al final serán 11.000 o 12.000 abonados, en Segunda B, y ya están demostrando que están con el equipo, con nosotros. Y, evidentemente, nosotros también tenemos que hacer para que estén con nosotros. Creo que se ha visto en la pretemporada que somos un equipo que podremos jugar mejor o peor, la pretemporada es complicada, pero somos un equipo que competimos al cien por cien y vamos a por cada balón como si fuese el último. Eso la gente también lo ve y lo va a agradecer y ya te digo que si tenemos una comunión buena entre la gente y nosotros, que creo que la va a haber, seguro que va a ir bien.

-Usted será parte importante. Cordobés, vuelve a casa, capitán. Mascarón de proa.

-Los capitanes somos cinco y somos la gente con más recorrido en nuestra carrera. Intentamos que esa gente que ahora tiene 20 o 21 años no caiga, a lo mejor, en los errores que pude tener yo. Que valoren la situación que tienen ahora mismo. Hay gente que está entrenando con nosotros que esta ocasión igual no la vuelven a tener nunca. Le intentamos hacer ver que deben valorar esto, que están haciendo la pretemporada con el Córdoba, que no la están haciendo con cualquier equipo. Cuando yo hice la pretemporada con el Córdoba, eso para mí era la leche. Cada entrenamiento que hacía cuando era juvenil era como si debutase o fuese a entrenar con el Real Madrid. Eso lo hablo con ellos, que entiendan que están ante una oportunidad que igual no vuelve a repetirse.

-¿Cómo es el míster?, ¿peculiar?

-El míster ya lo veis. No le conocía, como todo el mundo, he tenido compañeros que han entrenado con él. Es muy exigente, muy claro, creo que es su principal virtud, la claridad. Dice siempre las cosas a la cara. Va a ser muy exigente y no va a dejar que nadie se duerma, sacarle el máximo rendimiento a todos. Seguro que vamos a ser un equipo súper competitivo y muy aguerrido. Él tiene claro que somos el Córdoba, pero también que debemos ser el equipo más peleón, más perro o más guarro, como queramos llamarle. Porque la Segunda B es también esto. Además, es muy gracioso. A los chavales les va a venir bien tener a alguien exigente para que no se puedan dormir.

-El equipo se va a encontrar campos muy de Segunda B, en los que el Córdoba es el rival a batir y ganarle no es lo mismo que ganarle a otro equipo de la categoría.

-Sí, hay que convivir con ello. Vengo de jugar en el Hércules, en el Elche, en Segunda B, en lo que nos ha pasado eso. En el grupo III hay como nueve o diez campos de césped artificial, malo, pequeños y diría que hasta es peligroso jugar. No podemos pensar, ni nosotros ni nadie, que vamos a ganar todos los partidos por 2-0 o 3-0 y fácil. Que no, que no, que va a ser un año complicado, en el que vamos a pasar momentos malos y que es donde más unidos debemos estar, sobre todo nosotros. Teniendo eso en cuenta tendremos mucho ganado.

-La gente debe tener claro lo de mantenerse unidos.

-Claro. Somos un equipo más de la categoría. Ascender de categoría es muy difícil, de 80 equipos ascienden cuatro. Tenemos esa… No es presión, convivimos con eso, porque todo el que viene aquí sabe que solo hay una opción: subir. Y hay que tomarla con naturalidad. Nuestro objetivo es el que es y para eso hemos venido. Y sin presión añadida es lo que nos va a tocar.

-Para la afición también empieza una temporada importante.

-A la gente pocas cosas se le pueden decir, porque después de los años que han pasado tenemos diez mil y pico abonados. Mi mensaje sería que hay que centrarse en cada domingo, que cada domingo tiene que ser una final para nosotros. Ellos ya han demostrado que van a estar con nosotros y ahora nos toca a nosotros devolverles la confianza que han tenido en nosotros. Competir al mil por mil y que cuando se vayan de El Arcángel se muestren orgullosos de que lo hemos dado todo.