Tanto a corto plazo, con la medida prevista para no dar desde hoy permiso al cambio de uso residencial de una vivienda en dos zonas del centro, como a medio y largo plazo, cuando se modifique el Plan Especial de Protección del Casco Histórico (Pepch), el turismo no será la única actividad económica que se vea afectada. Por ejemplo, y durante la moratoria de un año en dar permisos de cambios de uso, tampoco podrá destinarse dependencias de una vivienda, por poner unos ejemplos, a despacho de cara al público, tienda en alguna habitación, taller de artesanía o taller de costura... eso sí, al menos legalmente.

También a largo plazo los cambios del Pepch afectarán a su vez a todas las actividades y, además, durante un largo periodo de tiempo y a todo el centro histórico, no solo a las dos zonas citadas para las que habrá medidas cautelares mientras se tramitan los cambios. Por ejemplo, se baraja obligar a que los apartamentos turísticos tengan una habitabilidad propia de una vivienda por si en un futuro pasan a tener uso residencial, que los convertirían en infraviviendas. También se plantea cambiar los tipos de permisos que se pueden dar a un inmueble según su grado de protección, cambios fiscales o el uso temporal de solares para aparcamientos.