1978: España vota la Constitución con un 75% de participación y, en portada, el Rey deposita su voto. 1981: Intentona golpista de Tejero y el Rey como baluarte de la democracia. 2014: El Rey abdica tras varios escándalos que ponen en entredicho la monarquía. 1979: Tras 40 años de dictadura, la Constitución abre la puerta en Córdoba a un alcalde del PC que es aclamado por el pueblo a gritos de «¡Julio, Julio, Julio!». Diez años después, en 1999, una mujer ocupa por primera vez la alcaldía y otra mujer se convierte en primera edil en 2015. 1984: En el titular, la Mezquita (no la Mezquita- Catedral) es declarada de interés mundial para alegría de los cordobeses. 1985: Julio Anguita comparte protagonismo con el obispo Infantes Florido en la inauguración del nuevo Ayuntamiento «tras los últimos roces», según reza la portada. 1982: Felipe González gana con mayoría absoluta y en Andalucía, se conocen los nombres de los parlamentarios cordobeses, todos hombres, entre ellos algunos (Luis Planas, Salvador Blanco) activos en política 40 años después. 2013: «Susana Díaz ya es la primera mujer que preside Andalucía». 1989: Alfonso Guerra firma en Córdoba el convenio del Plan Renfe, «la operación urbanística más importante del siglo en Córdoba», asegura. 1992: «El AVE llega a Córdoba», «La autovía Córdoba-Sevilla llega a Córdoba» y «Toca el Gordo de Navidad». 1996: «ETA mata en Córdoba». 2011: «ETA claudica». 2004, 2005, 2018: La violencia de género sustituye en las portadas a los atentados terroristas. 2002: Llega el euro a España. 1979: Suárez, presidente del Gobierno. 2018: Sánchez, presidente por primera vez por moción de censura y con un gobierno paritario. Ninguna mujer aún ha alcanzado ese puesto. Y así sucesivamente.

Un repaso somero a las portadas de los periódicos basta para hacer un recorrido histórico y constatar la enorme evolución que España, Andalucía y Córdoba han protagonizado en 40 años. Muchas cosas han cambiado, pero sigue habiendo muchas cosas por cambiar, como reflejan también estas mismas portadas, en las que no se incluyen los acontecimientos más recientes. Después de 40 años, la Constitución, cuya vigencia se cuestiona desde la izquierda y ahora también desde la derecha, atraviesa un momento delicado en un clima muy distinto al que se generó en 1978. Conviene, en cualquier caso, no perder la memoria histórica.