La abogada Rosa Vidal trabaja, entre otros, en el turno de oficio de violencia de género y afirma que, de acuerdo con su experiencia profesional, «hay muchos tipos de mujeres que son víctimas, no hay un perfil concreto», puntualizando que «cada caso es completamente diferente».

Estas beneficiarias de la justicia gratuita cuentan con una particularidad y es que, por su situación especial, tienen derecho a ser asistidas por un letrado antes de interponer la denuncia. Vidal explica que, cuando manifiestan su voluntad de dar este paso, se les informa de la posibilidad y en caso de que acepten el abogado del turno de oficio les acompaña desde el primer momento. De este modo, en su opinión «es bueno que primero nos cuenten, nos den detalles, nos refieran fechas y episodios concretos, para que podamos ayudarle a hacer la denuncia».

También precisa que «no todos los casos son iguales pero, en situaciones especialmente complicadas, muchas veces se centran en hechos que son muy importantes, pero se dejan sin contar otros que tienen muchísima relevancia o los cuentan de pasada o de manera un poco desordenada, porque no se encuentran bien».

Consultada por los casos más frecuentes, comenta que «en los asuntos que yo he tenido últimamente, ha habido más maltrato psicológico que físico». Por otra parte, acerca de la dificultad que puede existir para demostrar hechos que habitualmente ocurren en el ámbito de la familia, reconoce que estos delitos suelen tener lugar «no a la vista de montones de testigos», por lo que «es importante la prueba y si la declaración de la víctima es contundente, y cumple todos los requisitos que jurisprudencialmente son necesarios para enervar el principio de presunción de inocencia, puede ser suficiente para que exista una sentencia condenatoria».