Guillermo Fernández (Madrid, 1985) es el impulsor de #Hablemos#Parlem. Estudió el surgimiento del Frente Nacional en Francia y puso en marcha en solo cuatro días la iniciativa que llenó las plazas de blanco para reclamar diálogo entre la Generalitat y el Gobierno. Pide al PSOE que no se apropie de un movimiento ciudadano y alerta de que una guerra de banderas puede propiciar el auge de la extrema derecha.

-Mientras hacemos esta entrevista en Madrid, Pedro Sánchez y Miquel Iceta dan una rueda de prensa en Barcelona con el logotipo de #Hablemos#Parlem. ¿Hay algún acuerdo con el PSOE?

-No, me ha sorprendido. Es bueno que el PSOE nos apoye, pero no que se apoye en nosotros. Sabe que la potencialidad de esta iniciativa ciudadana estriba en que sea apartidista, por eso en este momento tan delicado es bueno que tenga más altura de miras y no trate de hacer triquiñuelas para aprovecharlo. Estamos encantados de que ciudadanos del PSOE asistan a nuestras manifestaciones, pero el protagonismo tiene que ser ciudadano.

-¿Hace el PSOE hace un uso partidista de esta iniciativa ciudadana? ¿O se han puesto en contacto con ustedes?

-No, en absoluto. Pero confío en la altura de miras del PSOE y creo que esto no está a la altura del momento. Hay un movimiento ciudadano que se viste de blanco y es necesario que aglutine a la ciudadanía. No es bueno que un partido trate de escorarlo, trate de apropiárselo, o de hacerlo suyo. Es algo desafortunado.

-Ustedes ya advirtieron contra el uso partidista en su comunicado del sábado.

-Claro. Este movimiento es ciudadano y se basa en tres pilares: el color blanco, que es apartidista, y que salga de la guerra de banderas para sumar a gente que ve esto como un callejón sin salida. Tiene que seguir siendo apartidista. Y en el PSC creo que lo saben y que recapacitarán.

-¿Qué nuevos pasos van a dar?

-Animar a la gente a seguir adornando sus balcones con sábanas blancas y carteles que digan #Hablemos #Parlem. Luego iremos viendo los acontecimientos en una semana tan importante. Si necesitamos construir, sigamos sumando gente al color blanco y reconciliémonos con esa España diversa, ciudadana y cívica.

-¿La manifestación del domingo en Barcelona alimentaría esa guerra de banderas que usted menciona?

-No sé si la alimenta. Es respetable. Pero en estos momentos deberíamos dejar las banderas a un lado. Está habiendo una utilización peligrosa de las banderas en las últimas semanas.

-¿Cree que puede haber un resurgimiento del nacionalismo patriótico español radical?

-Creo que hay un interés puramente electoral en esta guerra de banderas y es profundamente irresponsable.

-Alega Josep Borrell que no se puede dialogar bajo amenaza.

-Siempre se puede dialogar, incluso en las peores situaciones. Y este asunto no se solucionará si no hay diálogo sin apellidos.

-Usted estudió el surgimiento del Frente Nacional en Francia. Salvando los contextos. ¿Hay riesgos comunes?

-El contexto es muy diferente, pero es verdad que yo nunca pensé que España fuera un país inmune o que tuviese un antídoto.

-Hay líderes políticos que lo sostienen.

-Sí, muchos políticos dicen que España se ha vacunado contra la extrema derecha. Eso es una ingenuidad. Hay rasgos parecidos [con Francia]: la utilización partidista y muy poco inclusiva de la bandera, el entender que los países se hacen a base de imposiciones, y sobre todo, entender la diversidad como una amenaza.

-A partir de ahora ¿qué?

-Esperamos que el movimiento cívico crezca y sea un clamor que venza el electoralismo y la irresponsabilidad de los gobernantes.

-¿Irresponsabilidad como cuál?

-Que Pablo Casado (PP) asistiera a la manifestación de Colón [unionista, el sábado, en Madrid] me parece una irresponsabilidad en el momento en el que estamos.

-Miquel Iceta acudió a la suya.

-Sí y también Ada Colau, pero con una diferencia. Colau asistió como ciudadana; Iceta aprovechó para tener protagonistmo y hacer declaraciones. Creo que se equivocó y a lo mejor tuvo un tic de político que no ayuda.