El hotel que nacerá de la rehabilitación de dos casas, una ubicada en la calleja de las Flores y otra en la calle Encarnación, integrará hallazgos arqueológicos de los siglos XV y XVI que permanecían ocultos entre sus paredes. El establecimiento de cinco estrellas impulsado por Lisong Investments, que tiene licencia desde junio y cuyas obras empezarán tras el verano, guardaba entre sus muros sorpresas como un adarve, dos galerías mudéjares y un gran arco que pudo ser entrada al convento de la Encarnación. El hotel, promovido por el impulsor de Flora, Jianping Fu, se denominará Las Flores y tendrá capacidad para 39 plazas y 19 habitaciones. Aunque todo dependerá de la duración de los trabajos, cuyo plazo de ejecución es de año y medio, Juan Ceña, socio fundador de Zizai Hoteles, prevé que el hotel abra sus puertas en el 2021.

Al entrar en la casa número cuatro de la calle Encarnación, que será el acceso principal del futuro hotel, llama la atención la arquería, a modo de galería, de su patio, que es uno de los descubrimientos que ha hecho la empresa Arqueoqurtuba, que dirige Fátima Castillo. La galería mudéjar está datada entre los siglos XV y XVI, a pesar de que el origen de la vivienda es anterior, de entre los siglos XIV y XV. Fátima Castillo explica que en su origen era «una casa con un patio central y cuatro crujías», que «estaba construida en tapial» con «grandes cajones que aparecen separados por rafas de cal». Las conclusiones a las que han llegado los arqueólogos que han intervenido, Manuel Rubio y Rafael Clapés, son que la galería mudéjar, que cuenta con «un pilar ochavado» en el que se apoyan «dos arcos de medio punto», se formó cuando en el siglo XVI los propietarios decidieron reducir el patio. De la galería solo se conserva la planta de abajo y destacan sus columnas ochavadas. Con el paso del tiempo la casa tuvo múltiples transformaciones que dejaron oculta la galería. Según explica la arqueóloga, entre los siglos XIX y XX, el inmueble fue remodelado y convertido en casa de vecinos, dividiéndose en pequeñas viviendas y algunas ocupaban una sola habitación.

El otro descubrimiento es un adarve ubicado en la zona oeste de la casa, por el que, según la arqueóloga, «se accedía a una de las viviendas situadas en el actual número 4 de la calleja de las Flores», que es el otro inmueble que ocupará el hotel. La arqueóloga explica que «ya en el siglo XVI se abrió una puerta para acceder a la vivienda desde el adarve». El adarve, que era una calle sin salida que iba directamente a la casa, fue integrado en el pasado en la vivienda.

Patio de la casa que será transformada en hotel, con una galería mudéjar porticada. SÁNCHEZ MORENO

El interior del inmueble de la calle Encarnación es un laberinto. Desde el mismo se puede acceder a la casa 4 de la calleja de las Flores. Este inmueble también es el resultado de la unión de diferentes viviendas, que tienen su origen entre los siglos XIV y XV. Su patio, en el que se puede observar el tapial original, también vio reducidas sus dimensiones en el pasado. Allí se puede contemplar otro de los hallazgos, otra galería mudéjar construida entre los siglos XV y XVI, de mayor tamaño que la anterior, con «cuatro arcos de medio punto apoyados en columnas ochavadas rematadas con capiteles de muy bella factura», según indica la directora de Arqueoqurtuba. Esta arcada estaba presente en la segunda planta también, donde perviven las columnas ochavadas y los capiteles que la sustentaban, aunque no los arcos.

Otro descubrimiento que contribuirá a aumentar la belleza de este hotel es un gran arco «de medio punto ligeramente apuntado» situado en la medianera con el convento de la Encarnación. Los arqueólogos piensan que fue la antigua entrada al convento «cuya construcción aparece reflejada en las fuentes de la época». Los trabajos arqueológicos que quedan confirmarán esta hipótesis. De él se tenía constancia en fuentes escritas, pero no se sabía dónde se encontraba. Una de las hipótesis es que a esta entrada se accediera desde otro adarve.

Recreación virtual del lobby con una de las galerías al fondo. CÓRDOBA

Al igual que ocurrió en la vivienda de la calle Encarnación, la de la calleja de las Flores también experimentó múltiples transformaciones con el paso del tiempo. Los arqueólogos destacan la que ocurrió en 1822, conocida por una inscripción en una pintura hallada a 9 metros de altura en uno de los patios. Esta vivienda acabó convertida en casa de vecinos y en ella llegaron a residir más de 40 personas. En su planta de arriba se conservan los artesonados de madera, en los que queda algún resto de decoración.

Todos estos elementos del pasado, que permanecían ocultos tras los muros de las dos viviendas, formarán parte de las estancias del futuro hotel.

Gran arco de medio punto que pudo ser entrada al convento. SÁNCHEZ MORENO