Que sistemáticamente desde el 26 de febrero una borrasca o un frente tormentoso cruce Córdoba, ha pasado de ser la mayor bendición del mundo (la recuperación de los embalses es el mejor ejemplo) a algo molesto, para terminar, incluso, siendo motivo de preocupación.

Ni un día en lo que se lleva de mayo y junio la máxima ha superado los 30º C en Córdoba, una circunstancia muy poco frecuente. El caso es que, aunque a los cordobeses les alegre saber que cada día de nubes es un día menos de tórrido verano, la situación comienza a generar problemas, más allá de los psicológicos y del humor con el que cada cual vive tantas semanas de tiempo inestable.

Así, Rafael Bados, presidente de la federación Comercio Córdoba, hacía ayer buenas para Córdoba las estimaciones realizadas a nivel nacional que hablan de pérdidas de entre el 5% y el 10% en el comercio por el retraso de la campaña de verano. En algunos negocios muy sujetos a la estacionalidad, la cifra podría ser mucho mayor, advierte Bados.

Las repercusiones son relevantes, ya que, como afirma un dicho que casi es un lema en el sector comercial, «lo que no se vende hoy, nadie te asegura que lo venderás mañana», por lo que el comienzo de la temporada veraniega no se presenta nada optimista, reconoce Bados.

NO SOLO EL COMERCIO / Sin embargo, hay que recordar que estas pérdidas en el comercio repercuten en otros sectores auxiliares, además de la hostelería o incluso en pymes de actividades muy distintas que están sufriendo el retraso del calor. «Este va a ser un año nefasto. No es solo que no se haya vendido aparatos de aire acondicionados en abril, mayo, junio... es que ahora cuando llegué el calor nos llegarán los avisos de los que descubren que su aparato de aire no funciona. Y no es nuevo, esta es una empresa modesta y ha habido días en verano donde nos han llegado 40 o 50 avisos de emergencias», afirma Fernando Rosal, de Rosal Vallejo SL, un empresario que con 28 años de experiencia tiene una visión muy práctica y realista del trabajo con este tipo de instalaciones.

De hecho, el aire acondicionado posiblemente sea la actividad industrial más sujeta a la meteorología, sin que escape de contratiempos como la nueva regulación sobre los gases que utilizan las máquinas, cuyos impuestos se han multiplicado hasta tal extremo que este fin de semana más de uno se va a llevar un susto cuando descubra que se le piden 400 euros o más por recargar el depósito de gases que permite el funcionamiento del aparato de aire acondicionado.

LLUEVE SOBRE SECANO / Sin embargo, más que el episodio puntual de bajas temperaturas, lo preocupante para Rafael Bados es la tendencia de los últimos años, con «unas evidencias de un cambio climático, que ya no es un mito, que está afectando al comercio, con temporadas de invierno que se retrasan y además son más cortas». Precisamente, lo peor de estos abril, mayo y junio de fresquísimas temperaturas es que llegan después de una temporada de invierno extraordinariamente cálida y corta, que ya perjudicó seriamente al comercio.