CCOO y UGT vincularon ayer la muerte de un trabajador de 54 años que realizaba tareas de asfaltado en la carretera A-406, que une las localidades sevillanas de Morón de la Frontera y Pruna, con un posible golpe de calor, puesto que había decretada alerta naranja. Según datos de la Agencia Estatal de Meteorología, el miércoles en Morón de la Frontera se superaron los 43 grados y a las 21.00 horas, cuando Emergencias Sanitarias recibió el aviso por la muerte del trabajador, la temperatura aún superaba los 39 grados.

En un comunicado, el secretario de Acción Sindical de CCOO de Sevilla, Carlos Aristu, ha afirmado que «está fuera de toda lógica y posiblemente de la legalidad que con alerta naranja por altas temperaturas» un trabajador tuviera que asfaltar una carretera «con aglomerado a más de 170 grados». La secretaria de Construcción y Servicios de CCOO de Sevilla, Mercedes Santoja, apuntó que ese tipo de empresas tienen que «contar con un plan de seguridad específico y autorización para poder llevar a cabo tareas de asfaltado de carreteras saltándose la jornada intensiva».

En Extremadura, un hombre de 50 años se encuentra ingresado en el Hospital Don Benito Villanueva (Badajoz) en estado crítico a consecuencia de un golpe de calor que ha sufrido cuando trabajaba en la reparación de un acerado en el municipio pacense de Cabeza del Buey.