El desafío territorial, que ha adquirido su mayor extensión en Cataluña, llevó ayer a cuatro expertos juristas a demandar reformas de la Constitución para hacer frente al que se considera uno de los mayores problemas tras cuarenta años de la actual Carta Magna. Los profesores Santiago Muñoz Machado, Ana Carmona y Diego López Garrido, junto al magistrado cordobés Eduardo Baena Ruiz, participaron en el segundo acto del ciclo de conferencias organizado por Diario CÓRDOBA para conmemorar el cuadragésimo aniversario de la Constitución de 1978.

Muñoz Machado, catedrático de la Universidad Complutense y académico de número de la Real Academia Española y de la de Ciencias Morales y Políticas, defendió la aportación de la Constitución de 1978 para consolidar un «periodo extraordinario de la historia de España», aunque propuso cambios para adaptarla a la sociedad actual. «Que los textos duren mucho sin modificarlos no son signos de salud, porque siempre hay algunas goteras que hay que tapar. Ojalá que nos dure otros cuarenta, pero hay que adaptarla a nuestros días y ver en qué se puede mejorar. Es una Constitución técnicamente buena, pero no perfecta. Tenía defectos de origen, como el título 8, así como otros defectos que se han venido encima», explicó. «Mirar para otro lado, sin ver cómo hay que mejorarla para que dure otros 40 años, sería un error», añadió.

Precisamente, junto a la crisis económica, Muñoz Machado advirtió del problema surgido con Cataluña. «Todas las ocurrencias que se están dando no las habíamos pensado», dijo, tras añadir que hay «muchos ejemplos de extravagancias para las que no hay respuestas en la Constitución».

En este sentido, Ana Carmona, catedrática de Derecho Constitucional de la Universidad de Sevilla, hizo un balance positivo de la Carta Magna: «Ha permitido la modernización de las estructuras democráticas». Carmona consideró que, «sin obviar los necesarios ajustes, el balance no puede ser sino extraordinariamente positivo». Con respecto a la reforma constitucional, estimó que, tras cuatro décadas, «este aniversario debe servir para plantearse la necesidad de incorporar modificaciones en un texto que ha sido exitoso, pero esto tiene que venir respaldado por la sociedad». Así, consideró que es necesario que se adapte a las «nuevas circunstancias» y a los «profundos retos» que se presentan. En este sentido, ante el desafío de Cataluña, Ana Carmona advirtió de que «ninguna Constitución tiene mecanismos para metabolizar un problema como el de Cataluña. Hay que pensar en una reforma constitucional para afrontar ese desafío». Asimismo, señaló que el Estado autonómico tiene limitaciones que lastran un desarrollo óptimo. «La Constitución tiene que reformarse no solo para Cataluña, sino también para el resto de autonomías», dijo.

Por su parte, Diego López Garrido, profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Castilla-La Mancha, precisó que la Constitución «ha resistido» a los retos que se han presentado, algunos de «enorme relevancia». López Garrido, que fue portavoz del PSOE en el Congreso entre 2006 y 2008, también propugnó su modificación para la realidad actual. «Ya se está pidiendo una reforma constitucional en aspectos como el blindaje de las pensiones, pero también con el tema territorial». «Una reforma constitucional sería muy saludable», añadió.

Del mismo modo, vinculó también la raíz del problema catalán a la «dureza» de la crisis económica. «La semilla está en una situación económica y en dirigentes independentistas que aprovechan para decir que si gestionamos todos los impuestos, lo haremos mejor», señaló. López Garrido habló de una «provocación» que hay que resolver con la reforma de la Constitución.

Asimismo, Eduardo Baena, magistrado del Tribunal Supremo, recordó el valor de la Carta Magna al consagrar derechos fundamentales, permitir el acceso de España al concierto internacional y a la Unión Europea, además de propiciar el «desarrollo económico, social y político». Con respecto a la reforma constitucional, Eduardo Baena manifestó que hay que partir del «principio de legalidad» y llegar al consenso. «Bajémosnos de la torre de marfil y vamos a ver lo que demanda la sociedad. Desde la legislación ordinaria estamos pendientes de muchas reformas», señaló Baena, que puso como ejemplo la necesaria reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal. Baena habló de una «situación anómala» para referirse a lo ocurrido con el problema de Cataluña.