Las conclusiones de la comisión van más allá de la Semana Santa. En relación a la vía pública, el grupo de trabajo pide que todo el casco histórico sea considerado como «área protegida de prioridad residencial» con el fin de que se garantice su habitabilidad. En este sentido, reclama medidas para diversificar la actividad económica en el casco, que, a su juicio, debe ser considerado de preferencia residencial y para ello se han de ejecutar equipamientos en esa línea y fórmulas de orden fiscal y presupuestario.

A los problemas que se producen en la vía pública la comisión dedica un capítulo especial y exige al Ayuntamiento que realice un calendario anual único de actividades en la misma, no autorizando los actos que interfieran con la convivencia vecinal. Su propuesta es que la elaboración se produzca en el último trimestre del año con vistas al siguiente y que queden recogidas en la web municipal con suficiente antelación. La comisión quiere que las actividades que estén fuera de ese calendario se pidan con la antelación de un mes y que su autorización esté justificada. Otra de sus demandas es que las actividades no solo se concentren en el casco histórico, sino que se lleven a otros barrios.

El grupo de trabajo demanda, además, que el Ayuntamiento actúe, no solo contra el ruido, sino también contra la contaminación visual que existe en el conjunto histórico. La comisión tampoco se olvida de un plan de usos aprobado hace dieciséis años y que no se está cumpliendo, el de La Corredera. La comisión quiere que se actualice ese plan del 2003 y se apruebe de forma definitiva.