«Pensaba que con el tiempo esto se iba curando, pero no lo cura, cada vez estás más desesperado». Aún así, Isidro, el padre de Paco Molina, el joven cordobés de 16 años desaparecido desde

julio del 2015, no pierde la esperanza. Tanto él como su mujer, Rosa, participaron ayer en la concentración ante el Congreso que llevaron a cabo familiares y allegados de personas desaparecidas de toda España.

Tanto en el caso de Paco Molina como en el de las otras dos familias cordobesas que acudieron, saben lo que significan pedir, como exigieron, más medios y que no haya desaparecidos de primera y de segunda, tanto a la hora de que sus casos sean visibles en prensa, radio o televisión, como a la hora de destinar medios a su búsqueda y a la investigación de sus casos.

Los familiares de Ángeles Zurera, desaparecida hace 10 años en Aguilar, incluso crearon una plataforma para mantener viva la búsqueda pero también para poder hacer frente a los gastos que, desde carteles a abogados o procuradores, conlleva el operativo. En la actualidad, sin ir más lejos, han encargado unos análisis a investigadores privados sobre los dos móviles que dejó Ángeles. «Por el sumario sabemos que no está viva e incluso que hay un imputado, su exmarido, pero no vamos a dejar de buscarla nos cueste lo que nos cueste», señalaba ayer Antonio Zurera, su hermano.

Tampoco los familiares de Rafael Muriel, el hombre de 57 años al que buscan desde hace 18 meses en Adamuz, esperan encontrarlo con vida. «Sin su medicación y después de tanto tiempo... Pero no nos olvidaremos de él», dijo ayer su hermano Juan, que admite que por parte de la Guardia Civil «hay voluntad», pero añade «que faltan medios, sobre todo especializados».

«En nuestro caso no tenemos ni las grabaciones de las cámaras por donde pasó mi hijo», se lamentaba Isidro Molina, «mientras hay desapariciones que conoce toda España, el de Paco solo se conoce en Córdoba». La investigación del caso de Paco Molina sigue abierta y está en manos de la unidad especial de desaparecidos, con sede en Madrid. «La esperanza es lo que nos mantiene vivos», dice su padre. Y estar en contacto con otras familias «ayuda», añade. Tanto Isidro Molina como Antonio Zurera forman parte del patronato de QSDGlobal, la plataforma que preside el conocido periodista Paco Lobatón y que organizó todos los actos de ayer. «Desde que se creó la plataforma en el 2015 hemos conseguido que se den cifras de desaparecidos, nos hemos reunido con los ministros de Interior y de Justicia y se ha creado el Centro Nacional de Desaparecidos», explica Zurera, que añade que ahora, por ejemplo, las alertas saltan inmediatamente, cuando antes no se empezaba a buscar hasta que no pasasen 72 horas. Aún así, todos coinciden en que queda mucho por hacer.