La decisión anunciada por nuevo presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno Bonilla, de bonificar hasta en los tramos más altos el impuesto sobre el Patrimonio, en teoría, debería de cortar esta sangría de grandes fortunas que, al menos formalmente, emigran hacia otras comunidades autónomas, además de dejar un hueco en las arcas de Andalucía de 76 millones de euros. Sin embargo, y desde el punto de vista de los medianos y grandes declarantes del impuesto de Patrimonio, esta medida que ya podría acometerse tramitando un decreto por la vía de urgencia se retrasa injustificadamente, explica el experto en Derecho Fiscal José Ángel Palomares. Así, cada mes que pasa se mantiene la prórroga y aumenta lo que tendrán que declarar el próximo año por el impuesto sobre el Patrimonio. Y no solo por este concepto. «Hay muchas personas que también están a la espera de la prometida bonificación del impuesto de donaciones intervivos al 95% para ir dejando los bienes a sus hijos», explica Palomares.