José López Miranda, director de la Unidad de Gestión Clínica de Medicina Interna del hospital Reina Sofía de Córdoba, es además subdirector científico de Investigación Clínica del Imibic, el área que incluye todos los estudios de investigación clínica que se desarrollan en el instituto.

-¿Qué tipo de ensayos clínicos se están desarrollando en el Imibic actualmente?

-Hay muchos ensayos en áreas como la oncología (mama, colon, pulmón), donde se están probando nuevas moléculas como dianas terapéuticas para ver si mejoran los resultados de los tratamientos de tumores. Esa sería la más relevante quizás. El Imibic está además a la cabeza en la investigación centrada en enfermedades metabólicas, principalmente en dos, la diabetes tipo 2 y las hipercolesterolemias. En este área, hemos desarrollado ensayos clínicos muy relevantes que han permitido, por ejemplo, detectar marcadores tempranos de diabetes o sacar al mercado nuevos inhibidores para personas con el colesterol muy elevado, por encima de 400, que lo deja en cifras normales. Esto era impensable hace unos años. Los ensayos clínicos permiten que nuestros pacientes sean los primeros en acceder a esas dianas terapéuticas.

-Más de 6.000 pacientes participan actualmente en ensayos clínicos del Imibic. ¿Cuántos lo han hecho en sus 10 años de andadura?

-En los primeros cinco años teníamos unos mil pacientes al año y en los últimos cinco años hemos crecido a una media de cinco o seis mil, por lo que calculo que podrían ser más de 30.000.

-¿Qué porcentaje de éxito tienen ese tipo de ensayos?

-Depende. Hay ensayos que no tienen éxito. Un número importante demuestran que un fármaco no es eficaz. Eso también es importante, hay que descartar los que no tienen eficacia con métodos científicos rigurosos.

-¿Cómo seleccionan a los pacientes que participan en los ensayos?

-Hay distintas formas de hacer el screaning, el más importante es el día a día de la consulta. En el hospital tenemos pacientes a los que les ofrecemos la posibilidad de participar en el proceso de investigación. Ellos deciden una vez cuentan con toda la información. Pero para hacer un ensayo clínico es necesario un número de pacientes muy grande, por lo que se realiza de forma coordinada con distintos centros.

-Se trata de procesos muy costosos. ¿Qué impacto económico tiene en Córdoba?

-La investigación clínica es altamente costosa, pero no es el Imibic quien invierte. Generalmente, invierte la industria farmacéutica, que elige al Imibic y al hospital Reina Sofía como centros de referencia en investigación de alto nivel. Esto hace que nuestros pacientes tengan acceso antes que nadie a determinados tratamientos. Pero eso tiene también un impacto económico importante, ya que nos permite contar con capital para invertir en investigación independiente.

-¿De qué producto o ensayo está más orgulloso el Imibic?

-Son muchos y en muy diversas áreas. Señalar uno sería injusto.

-¿300 ensayos clínicos son muchos? ¿A qué nivel estamos?

-En Andalucía, solo el Virgen del Rocío de Sevilla está al mismo nivel que el Reina Sofía.

-¿Para cuándo un fármaco producido por el Imibic?

-Me gustaría decir que dentro de 15 o 20 años, pero esa no es nuestra línea. La gran mayoría de las dianas terapéuticas están en manos de las grandes industrias y centros de investigación que son capaces de realizar la investigación en toda su extensión.

-Las personas que padecen enfermedades raras se quejan a menudo por la falta de ensayos clínicos.

-Es cierto, yo entiendo a estos pacientes. Las multinacionales se centran en enfermedades muy prevalentes porque el beneficio es mayor, pero a veces se descubren nuevas dianas terapéuticas y surgen tratamientos para estas enfermedades. Todo depende de que se promocione la investigación básica que afecta a esas enfermedades. Falta inversión en investigación. Si no se invierte en generar conocimiento siempre iremos a la cola de lo que otros hacen.