La alcaldesa de Córdoba, Isabel Ambrosio, se estrenó ayer en Los desayunos de CÓRDOBA con un análisis de los principales problemas --algunos atávicos-- de la ciudad, y con el esbozo de sus planes de futuro, si el 26 de mayo los cordobeses vuelven a darle su confianza. En una conferencia titulada Córdoba, y por qué no, que inició con la declaración de intenciones expresa de no hacer campaña electoral y ante más de 250 personas, la regidora socialista instó a los cordobeses «a abandonar el conformismo y el individualismo», a arriesgar más, a acabar con lo que se empieza como ciudad y a ser, si hace falta, «más tenaces y cabezotas» para concluir las iniciativas emprendidas.

Sin ser muy explícita habló de la confección de las listas del Partido Socialista a las municipales --«mi responsabilidad es conformar un equipo a la altura de Córdoba», dijo--, y de sus socios de gobierno, afirmando que ha logrado singularizar su discurso frente al de IU, pese a no ejercer el liderazgo como algunos creen que debe hacerse. «Soy más de tender la mano y de llegar a acuerdos, pero si he tenido que dar un golpe en la mesa, lo he dado», afirmó Ambrosio, que fue presentada por el alcalde de Palma del Río, José Antonio Ruiz Almenara (PSOE), en un acto que contó con la presencia del presidente de la Diputación, Antonio Ruiz; del delegado de la Junta en Córdoba, Antonio Repullo, y de la subdelegada del Gobierno, Rafaela Valenzuela, entre otros representantes institucionales y de la sociedad civil cordobesa.

La alcaldesa no esquivó las preguntas de los asistentes sobre el funcionamiento de Urbanismo («Si la GMU no está al servicio de la actividad económica, algo estaremos haciendo mal») y reivindicó los cambios del callejero y las gestiones en torno a la titularidad de la Mezquita- Catedral.

Un Ayuntamiento más eficaz / Ambrosio, que apuntó al equipo de gobierno el haber despejado las incertidumbre financieras y de viabilidad de las empresas municipales que heredaron del PP y haber demostrado una estabilidad política que nadie auguraba y algunos «hasta deseaban», se comprometió a ejecutar «un ambicioso plan» para mejorar la eficacia del Ayuntamiento en sus relaciones con los ciudadanos, las empresas y las organizaciones. Además, prometió trabajar para que la economía funcione mejor, tarea ésta que reconoció excede la competencia municipal. En este sentido, defendió la necesidad de cambiar la dinámica del mercado laboral local, que demanda mayoritariamente profesionales de baja cualificación, y cambiar las bases económicas con la diversificación del mercado, sin abandonar los sectores tradicionales, pero incorporando la innovación y la tecnología.

La alcaldesa de Córdoba, Isabel Ambrosio, durante la conferencia 'Córdoba, y por qué no', pronunciada en el hotel Eurostars Palace. FOTO: A. J. GONZÁLEZ

La alcaldesa fue muy crítica con la falta de inversiones públicas y privadas en la ciudad que, a su juicio, nunca han sido lo suficientemente «dinámicas», y lamentó la falta de planificación «seria y continuada» de la economía cordobesa que, con las restricciones derivadas de la crisis, ha incrementado sus carencias.

En este sentido, advirtió de los bajos niveles de ocupación tanto del suelo público (área logística de El Higuerón y Rabanales 21), como del suelo privado; de infraestructuras muy caras que no han sabido planificar su futuro, como el aeropuerto; infraestructuras consolidadas pero con baja actividad, como la estación de mercancías de El Higuerón. e inversiones «paralizadas o ralentizadas», como la Biblioteca del Estado, el Palacio de Congresos o el Centro de Convenciones.

¿Y cuál es su receta para empezar a solucionar esta situación? Acometer el plan de la aglomeración urbana de Córdoba; fomentar un gran debate y un gran acuerdo sobre los valores logísticos de la ciudad; convertir Mercacórdoba en «un gran operador logístico que supere el ámbito del sector alimentario»; crear con fórmulas de colaboración público-privadas un servicio para acoger empresas interesadas en implantarse en la ciudad o su área metropolitana, o diseñar una estrategia conjunta de todos los polígonos industriales y tecnológicos de Córdoba. Asimismo, abogó por impulsar mejoras urbanísticas que cosan la ciudad (como el proyecto del Cordel de Écija) y un nuevo concepto de movilidad sostenible y respetuoso con el medio ambiente; así como una apuesta decidida por los servicios públicos y avanzar en los servicios básicos de las parcelaciones.

El cambio sensato / Antes de explicar sus planes, Ambrosio dedicó parte de la ponencia a hablar de lo logrado en estos cuatro años de mandato, en los que, como ha dicho en otras ocasiones, ha liderado «un cambio sensato», y agradeció el trabajo realizado por su equipo de gobierno. Asimismo, dedicó parte de su conferencia a defender la fórmula del diálogo para hacer política --«soy partidaria de que la confrontación se aplique en dosis homeopáticas»-- y puso en valor la capacidad que han tenido para aprobar cuatro presupuestos municipales en tiempo y forma.

Además, la alcaldesa subrayó los conflictos que le ha acarreado el hecho «de defender siempre los intereses de la ciudad», incluso con los compañeros de su propio partido (en referencia a los Presupuestos Generales del Estado), y reiteró la brecha histórica de inversiones públicas y privadas que sufre la ciudad.

Por otro lado, Ambrosio insistió en que luchar contra las desigualdades «no solo es un imperativo ético, sino una condición imprescindible para el progreso del conjunto», y explicó que, por eso, gran parte del esfuerzo del equipo de gobierno se ha encaminado a las políticas de rescate. También, reivindicó, una vez más, la derogación de la reforma de la ley de régimen local, que espera que se revierta definitivamente la próxima legislatura. Por último, animó a los cordobeses a mirar al futuro «con ganas, ambición y sin miedo al fracaso».