Paloma Peña es ingeniera industrial y vive en Londres desde hace cuatro años junto a su marido y sus tres hijos. En unos meses prevé volver a Sevilla, de donde es su pareja, una decisión que desvincula de la entrada en vigor del brexit. No obstante, esta cordobesa asegura que las consecuencias de la salida del Reino Unido de la Unión Europea ya se han dejado notar en el país. Así, alude al hecho de que cada declaración o paso dado tanto por Theresa May como por parte de Bruselas «se traduce en una fluctuación de la divisa que tiene su impacto en el margen de los contratos firmados», y añade que el punto de partida de las empresas a la hora de contratar ha cambiado. A este respecto, Peña asegura que, si hay dos personas que optan a un mismo puesto de trabajo, «ya estamos viendo cómo se deja fuera al que tiene un perfil más europeo, porque no se conocen las condiciones que habrá tras el brexit». En su caso concreto -trabaja en el departamento de compras de una empresa sevillana-, mantiene que no ha notado cambio alguno, pero «sí advierto que en las próximas semanas se va a plantear una situación delicada en general y no sabemos, por ejemplo, cómo se van a hacer las importaciones o cómo va a ser el control aduanero en lo que se refiere al libre flujo de personas».

Paloma Peña tiene claro que el brexit, «en su conjunto, no es potivo para el Reino Unido», si bien puntualiza que no significa lo mismo para alguien que vive en Londres que para una persona que reside en una zona rural. A su juicio, «hay que aprender de lo que ha pasado y tomar nota para no repetir los errores».