Los embalses cordobeses iniciarán mañana la estación de verano en los niveles más bajos registrados desde el año 2009, ya que en estos momentos almacenan 1.561 hectómetros cúbicos y se encuentran por debajo del 46% de su capacidad. Este volumen tan bajo de agua no se observaba para un mes de junio desde hace ocho años, cuando se encontraban al 41% y acumulaban 1.036 hectómetros cúbicos. Hay que recordar que fue en aquel periodo cuando entraron en servicio La Breña 2 y El Arenoso, por lo que en la actualidad se cuenta también con estos recursos.

En los años posteriores, distintos episodios de fuertes lluvias, que llegaron a provocar inundaciones importantes en diferentes zonas de la provincia, motivaron que los pantanos volvieran a recuperarse. De hecho, el dato más alto desde entonces se contabilizó a mediados de junio del 2013, cuando se encontraban al 97% de su capacidad. Después de este ejercicio, el volumen embalsado ha ido descendiendo de una forma llamativa por la falta de precipitaciones.

El jefe de la zona de Córdoba de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, Pedro Escribano, apunta que este es el tercer año de sequía pluviométrica (por falta de lluvia) y, normalmente, los ciclos más comunes duran uno o dos años. A modo de ejemplo, indica que el embalse del Guadalmellato, que abastece a la ciudad de Córdoba, ha recibido durante el actual año hidrológico (que comenzó el pasado 1 de octubre) casi 40 hectómetros cúbicos, por lo que ha acumulado, prácticamente, la mitad de la aportación mediana, ya que la mitad de los años le llegan unos 90 hectómetros cúbicos. También subraya que los cordobeses consumen alrededor de 27 hectómetros cúbicos de agua al año.

Pedro Escribano hace hincapié en que «nuestro clima es de ciclos». A pesar de esto, admite que «siempre nos preocupamos» y avanza que «si el año que viene fuera seco, lo más probable es que hubiera restricciones para el campo». En este sentido, avanza que si en el otoño y el invierno próximos no hay precipitaciones, «para el año que viene, ya no habría garantía de dar el riego completo». En el abastecimiento doméstico, y en el caso concreto de la provincia, si no hubiera lluvias sería posible entrar en una situación de prealerta por sequía hidrológica (la que afecta a la cuenca del Guadalquivir) y estarían garantizados tres años más de suministro.

El jefe de la CHG en Córdoba hace alusión a la sequía registrada en los años 90, un ciclo que califica como «terrible» y en el que, según recuerda, hubo restricciones para el consumo de la población, se utilizó el agua del río Guadalquivir para el abastecimiento de las personas (por lo que la calidad empeoró) y también se dejó de regar en el campo durante varios años. Así, detalla que a raíz de esto se declara mucho antes la situación de prealerta, abundando en que «se aplican antes las medidas» para evitar llegar a esa situación y se ha aumentado la reserva.

Los últimos datos de la Agencia Estatal de Meteorología apuntan que las precipitaciones acumuladas en la provincia desde el inicio del año agrícola (empieza el 1 de septiembre) son un 21% inferiores a lo registrado como normal en el periodo comprendido entre los años 1980 y 2010. Córdoba ha recibido 456 litros por metro cuadrado en los últimos nueve meses, lo que supone 123 litros menos que el acumulado normal. Solo el observatorio de la Aemet en Espiel cuenta con un balance positivo, al sumar en lo que va de año agrícola 505 litros por metro cuadrado, 39 más que en el periodo de referencia. Por su parte, Benamejí tiene el mayor déficit, al haber anotado 279 litros por metro cuadrado, 183 por debajo del valor normal.