«O llueve o el año será complicado». El presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), Joaquín Páez, advierte de que el año hidrológico 2018/2019, que se cierra hoy, ha sido «especialmente seco» y con un régimen de lluvias que no ha sido el deseado para la campaña agrícola, aunque «ha habido agua suficiente para mantener la actividad». Sin embargo, la situación de los pantanos de la cuenca y en la provincia puede complicarse mucho si no llueve suficientemente para que se recuperen. Y es que el pasado viernes los embalses de la provincia habían caído ya por debajo del 30% al situarse al 29,8% y acumular solo 1.017 hectómetros cúbicos. Esta cifra es la segunda más baja de la última década en estas fechas. Solo en el inicio del año hidrológico 2017/2018 había menos agua acumulada en la provincia. Entonces ascendía a 974,3 hectómetros cúbicos (28,5%). Pese a esto, el presidente del organismo gestor de la cuenca precisa que esto «no nos asusta», aunque remarca que en distintos foros viene advirtiendo de los rasgos de la cuenca: «Nuestro clima es un clima mediterráneo donde las precipitaciones y los periodos de sequía no están preestablecidos. No podemos pronosticar a largo plazo, ni tan siquiera a medio plazo, y a eso nos tenemos que ir acostumbrando nosotros y también los regantes».

A estas complicaciones hay que unir, precisa Joaquín Páez, los efectos que está teniendo ya el cambio climático en la cuenca. «Es una realidad que nos gustaría que fuera otra, sobre todo para la tranquilidad de los regantes, pero vivimos en la cuenca del Guadalquivir, con un clima incierto y, además, inmersos en una situación de cambio climático», considera. Y para eso pone como referencia la evolución de la cuenca desde 1940 hasta 2016. «Si dividimos este periodo entre los primeros 38 años y los segundos 38 años, se nota que las precipitaciones entre la primera mitad y la segunda han disminuido un 7%». Además, las aportaciones a los embalses se han reducido aún más, ya que han bajado entre el 15 y el 20%, a lo que hay que unir la subida de la temperatura media en 0,6 grados. «Lo que ocurre es que estamos inmersos ya en una situación en la que se está produciendo un cambio climático con menos precipitaciones, con menos aportaciones de agua a los embalses y más evaporación», señala. «La situación se está agravando y ése es el escenario que hay que tener en cuenta por los usuarios», indica Páez. Precisamente, el presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir reconoce las complicaciones y los efectos que traerá el cambio climático en Córdoba: «Las precipitaciones están bajando en Córdoba y se está incrementando la temperatura. No padeceréis la pérdida de costa, pero sí otras situaciones provocadas por el cambio climático», puntualiza.

INFORME / El último informe de sequías de la Confederación del Guadalquivir recoge que la demarcación hidrográfica se encuentra en estado de prealerta, aunque la situación se agrava en algunas demarcaciones de la provincia y en la regulación general, que es uno de los sistemas que abastecen al regadío. Así, en alerta están la regulación general, Sierra Boyera, Guadalmellato y Bembézar-Retortillo, mientras que el abastecimiento de Córdoba está en estado de normalidad, al igual que Martín Gonzalo.

Asimismo, el informe destaca que algunos territorios de la cuenca acumulan ya una sequía prolongada por la falta de precipitaciones, como sucede con Yeguas, Martín Gonzalo y Arenoso, con la zona comprendida entre Marmolejo y Guadalmellato, entre el Guadalmellato y el Guadiato y en la unidad territorial de Bembézar, Retortillo, Guadalora y Guadalbacar.

En la actualidad, la cuenca del Guadalquivir almacena 2.891 hectómetros cúbicos (35,6%), de los que 1.017 corresponden a los embalses cordobeses (29,8%) y 738 a los jiennenses (31,7%). Sevilla almacena 488,4 (51,9%), Granada, 390 (38,4%) y Huelva, 170 (55,9%). El embalse de Iznájar es el que acumula más agua de la cuenca, con 307,8 hectómetros cúbicos, encontrándose al 31,38%. Sigue después en Córdoba el pantano de Bembézar, con 152,3 hectómetros cúbicos (44,5%) y La Breña, con 141,7 (17,2%). Con respecto a las mismas fechas del año pasado, Córdoba ha reducido sus recursos hídricos en 580 hectómetros cúbicos. Hace un año, los pantanos estaban al 46,8% de su capacidad, mientras que la regulación general llegaba al 44%, frente al 28,9% de la actualidad.