Después de 22 años de espera desde que se acordó construir el parque de La Asomadilla las obras han comenzado, paradójicamente, con los trabajos menos visibles que cabría esperar: nada menos que la búsqueda de aguas subterráneas a decenas de metros de profundidad.

La primera tarea para la construcción del parque de La Asomadilla, que con sus 27 hectáreas será el segundo mayor de una ciudad andaluza, es imprescindible para el futuro mantenimiento del recinto, ya que su extensión impide, legal y técnicamente, que pueda abastecerse con la red de Emacsa u otras fórmulas.

Según informa el teniente de alcalde de Urbanismo, las tareas están próximas a concluir y pronto las vallas tomarán el recinto, que estará en obras hasta el primer trimestre del próximo año. De hecho, la construcción del parque tiene fijado un plazo de 15 meses, además de un coste de 4,1 millones de euros (la Junta aporta en total 1,5 millones). La magnitud de los trabajos obligó a tres empresas a formar una UTE (Granadal SL, Urpaca y Santa Marta) para competir por la adjudicación de la obra y ejecutarla.

Aunque los trabajos en curso sólo son la primera fase del proyecto, el parque de La Asomadilla será el segundo de Andalucía en extensión, tras El Alamillo de Sevilla, y único en su género, ya que recreará un ecosistema de especies mediterráneas autóctonas con fines didácticos, además de tener un notable uso deportivo y lúdico, gracias a una estudiada distribución de espacios, senderos y pistas de paseo.

EL PRIMERO DE MUCHOS Sin embargo, el inicio de la construcción del parque de La Asomadilla supone el pistoletazo de salida para las futuras grandes zonas verdes que tendrá la ciudad gracias a proyectos como la Ciudad de Levante, la Ciudad del Ocio (que también tendrá considerables espacios verdes), mejoras puntuales en barrios ya construidos (zonas de Fátima, Vista Alegre y el parque Cruz Conde) y los espacios ajardinados de las nuevas barriadas que prevé el PGOU (parque de Miralbaida, jardín lineal junto a la Ronda de Poniente y las zonas verdes que se tienen que habilitar como parte del equipamiento en las parcelaciones en vías de regulación). Sólo la suma de la superficie del parque de La Asomadilla y el de Levante suponen más de 600.000 metros cuadrados de nuevos espacios verdes para el disfrute de los ciudadanos y, como lógica contrapartida, para ser mantenidos a costa de las arcas municipales.

Todas estas actuaciones, algunas en curso como la del propio parque de La Asomadilla y otras a medio plazo como la Ciudad del Ocio, llegan después de que el Ayuntamiento se haya hecho cargo de decenas de nuevas hectáreas de zonas verdes, como el Paseo de Córdoba, el parque de Miraflores o el Balcón del Guadalquivir. Estos espacios, pese a que no están ocupados totalmente por jardines y estar dotados de modernos sistemas de mantenimiento, suponen casi un millón de metros cuadrados de zonas verdes. De hecho, y como ejemplo, la empresa municipal Procórdoba adjudicó el pasado mes de septiembre el mantenimiento del parque de Miraflores y el de la gran fuente ornamental de este recinto a dos empresas especializadas, a razón de 3.000 euros al mes para la conservación de las zonas verdes y 550 euros mensuales para el estanque del parque.