Carlos Pérez-Lanzac, presidente de la Asociación de Viviendas Turísticas de Andalucía (AVVA), participó ayer en el foro sobre turismo sostenible celebrado en Córdoba, aportando la visión de esta forma alternativa de alojamiento.

-¿Cuántas viviendas turísticas existen en Andalucía y en Córdoba en este momento?

-En Andalucía tenemos registradas a 20 de noviembre 26.800 viviendas, lo que supone una oferta de 140.000 plazas. En Córdoba, se han otorgado 510 licencias, que son 2.652 plazas, mientras en Málaga, que lidera el registro, hay ya unas 15.000 viviendas, que suman más de 82.000 plazas.

-¿Tarda mucho la Administración en completar los trámites?

-La solicitud se puede tramitar por registro en cualquier Delegación de Turismo de la Junta o por internet. Al ser un modelo de declaración responsable vinculante, se puede iniciar la actividad inmediatamente después de presentarla, pero se están realizando inspecciones para comprobar la documentación y visitas in situ a las viviendas. De hecho, ya hay propuestas de sanción de entre 6.000 y 18.000 euros por problemas en el registro o incumplimiento de los requisitos.

-Los hoteles, sin embargo, denuncian que más de la mitad de las viviendas turísticas que están operando no están regularizadas, trabajan ‘en negro’.

-Para nosotros, es imposible determinarlo. Estamos en contra de las prácticas ilegales, que hacen daño a la industria, tanto al sector hotelero como a las viviendas turísticas reguladas. Lo que sí vemos es el creciente interés de los grupos hoteleros por combinar su actividad con la explotación de la vivienda turística.

-¿Es necesario regular un tope máximo de viviendas turísticas para evitar la saturación?

-Los usos de las ciudades, los modelos, tienen que cambiar. Sería precipitado poner límites ahora porque podría generarse un mercadeo de licencias. Las medidas no pueden ser nunca cortoplacistas. Lo importante es realizar una planificación turística de los destinos, el futuro será de aquellos que sean capaces de armonizar a visitantes y población local, esos se mantendrán a la vanguardia, serán los más competitivos porque la realidad es que el mercado pide este tipo de alojamiento. El coste de oportunidad puede ser alto si no se hace una buena planificación del destino. Por eso, recomendamos incluir la vivienda turística, que es complementaria a otro tipo de alojamiento, porque hay familias que solo viajan así. Por otro lado, me parece irresponsable vincular la saturación a la vivienda turística cuando no hay datos que lo demuestren. Lo importante es planificar la oferta de ocio del destino y expandir las zonas de interés dentro de una ciudad. Andalucía está muy lejos de tener un problema de gentrificación.

-¿Qué volumen de negocio mueve la vivienda turística?

-Según un estudio de Homeaway realizado por la Universidad de Salamanca, hablamos de 3.000 millones de euros en Andalucía, de los cuales 900 millones son gasto de alojamiento y el resto es gasto indirecto en restauración, transporte, comercio... El gasto medio del usuario es de 457 euros, frente a 331 de quien reside en hotel, y la estancia media es de 5,5 noches, frente a 3,3 en hotel. En empleo, representan 7.500 puestos de trabajo directos y unos 18.000 indirectos.

-Los hoteles critican las ventajas fiscales de la vivienda turística, porque apenas paga impuestos y genera empleo irregular.

-No es correcto. La vivienda turística genera un porcentaje alto de autoempleo y de familias que generan una microeconomía en torno a esto, algo muy positivo para Andalucía por lo que supone el turismo. Y en cuanto a impuestos, cualquier empresa, gestor involucrado paga IBI, IVA, impuesto de sociedades, de actividades económicas, IRPF, tasas de basura... esto no es una actividad duty free.