Fue el comisario para el traslado de la Feria a El Arenal, batiéndose el cobre con colectivos y toda la ciudad para que Córdoba tuviera una feria moderna y segura, un evento que cumple 25 ediciones en ese parque. Tiene recuerdos demoledores de aquel año, pero sobre todo habla de futuro.

-(Mirando la portada de la Feria) Su ‘hijo’ cumple 25 años. Es ya un buen mozo, ¿no?

-Pues costó mucho. Pero había que sacar la Feria de donde estaba, en el centro. En algunos puntos aquella Feria era hasta peligrosa. No había portada, nadie siquiera sabía que había fuegos artificiales, ya no había potencia eléctrica, pozos negros, las traseras de las casetas eran algo insalubre... Y había que luchar contra ese tradicional pesimismo del cordobés que lo ve todo imposible.

-Pero se hizo. Y se dejó afeitar la barba por una promesa.

-Sí (ríe). Dije que si tenía éxito la Feria me la afeitaría... y el mismo alcalde (Herminio Trigo) lo hizo cuando terminó la fiesta. ¡Si le contara anécdotas! Pero los mejores recuerdos son los que me llevaba de la gente contenta.

-Ante esta portada, también hay que reconocer que la Feria ha ido cambiando en estos 25 años.

-Se diseñó para parque urbano y para la Feria se tomaron muchas decisiones los primeros años: la disposición en arco y la distribución de la calle del Infierno, las calles para que entre todas las casetas no haya mucha distancia... o como la calle de Enmedio, que con los años se ha ampliando. El Arenal ha ido mejorando según las necesidades.

-Pero en estos momentos se están pidiendo muchos cambios.

-Y El Arenal puede asumirlo porque es el sitio ideal. Es un sitio para el futuro, para generaciones. Eso sí, siempre que sea público, si se usa a lo largo de todo el año sin meses de abandono y no se sobreexplota. ¿Me pregunta por los planes para que haya instalaciones permanentes? Pues... ¿Por qué no, si se hace bien? Este espacio está abierto a todo. Puedo imaginar en Feria, o fuera de ella, por ejemplo, espectáculos multimedia, de experiencias 3D y realidad virtual... Eso es lo mejor que tiene El Arenal, su gran futuro. Y eso es lo único que no tiene que cambiar. Por lo demás, veo bien todos los cambios, lo malo sería que no se aproveche el potencial que tiene El Arenal.

-Y sigue disfrutando de la Feria. Le acabo de sacar de Fosforito.

-Ya jubilado sigo activo. Y con tiempo para cuidarme, andar... y leer, sobre todo leer. El tiempo, como la Feria, hay que vivirlo.