Una docena de barrios cuentan con zonas privadas de uso público, que proliferan, entre otros, en Fátima, Fuensanta, Figueroa y Parque Cruz Conde. Son espacios derivados del PGOU de 1958 que tienen una situación muy peculiar al ser su cuidado responsabilidad de sus residentes, pero pueden ser usados y disfrutados por todos. Para estas zonas, la federación de asociaciones vecinales Al--Zahara quiere "una regulación definitiva, justa y participada", ya que ahora mismo se encuentran "en el limbo" y "en situación de desigualdad" respecto al resto de la ciudad. El coordinador de Ciudad Física de Al--Zahara, Juan Andrés de Gracia, explica que esta será una de las reivindicaciones que dirigirá la federación al Ayuntamiento este año, ya que afecta a muchos vecinos. De hecho, asegura que, exceptuando los barrios nuevos, la mitad del casco urbano tiene zonas privadas de uso público. Si el Ayuntamiento no atiende esa petición, "la federación va a exigir que asuma la recepción de estas calles y jardines", es decir, que se haga cargo de ellos, "si así lo decide el vecindario afectado, para que todos los barrios sean tratados de forma igual y justa".

El problema es, según De Gracia, que esas calles y jardines "no tienen la seguridad de que el Ayuntamiento asuma su mantenimiento ni limpieza", como sí ocurre con las configuradas en PGOU posteriores. Eso se traduce, añade, en un "impuesto especial que pagan un buen número de vecinos con la excusa de que las calles y jardines son de su propiedad, aunque tienen la obligación de mantenerlos públicos y abiertos a toda la ciudad". Aunque el PGOU del 2001 ya dice que el Ayuntamiento debe colaborar en el mantenimiento de esas zonas, De Gracia afirma que "se ha venido haciendo de forma desigual", por lo que unas "se mantienen, limpian o reforman con cargo a los presupuestos municipales, mientras que a otras se les niega" esa posibilidad. El problema es mayor, añade, "cuando hay recortes en el gasto municipal", momento en el que se priorizan las públicas y no se actúa en las privadas, que "se ensucian y deterioran de la misma forma" y cuyos vecinos "pagan tasas e impuestos" de la misma manera que el resto. Por ello, señala que "si para pagar son calles iguales", deben también serlo "para recibir servicios municipales". Recuerda que hay sentencias que obligan a que las entidades de conservación de zonas que están fuera del casco, como Carrera del Caballo o Las Jaras, tengan un plazo máximo de vigencia transcurrido el cual pasan al Ayuntamiento, mientras que los espacios privados de uso público "están condenados a esta situación sine die ".