Un tranquilo pueblo de la geografía onubense se ha visto salpicado por las trágicas noticias que llegan desde la capital cordobesa. En San Bartolomé de la Torre vive parte de la familia de Ruth Ortiz, la madre de los pequeños Ruth y José. De hecho, su primo Juan David López fue uno de los encargados de portar la imagen del santo de la localidad durante la procesión y la posterior puja del pasado día 24 de agosto, con motivo de las fiestas patronales.

El pueblo se ha visto golpeado por la enorme tragedia que ha sacudido a la familia Ortiz y un cierto aire de desolación y tristeza infinita puede respirarse. Son casi las seis de la tarde y la localidad está casi desierta. Poca gente en la calle y la mayoría de establecimientos, cerrados. Los pocos vecinos que deambulan por las calles miran a los medios de comunicación con cierto recelo. Nadie quiere comentar nada, aunque la mayoría reconoce que el tema de la desaparición de Ruth y José "es el tema de conversación en todo el pueblo". En este sentido, Manuel reconoce que "es hablar del tema y se te ponen los ojos llorosos".

Cuesta encontrar alguien que quiera dar su opinión. El mazazo ha sido aún mayor después de que Juan David López, primo de Ruth Ortiz, participara de forma activa en la procesión de San Bartolomé el pasado viernes, portando en su hombro el paso del patrón de la localidad. Poco a poco, el pueblo va cobrando vida. Los comercios y bares que permanecían cerrados se abren y bartolinos y visitantes se van echando a la calle. Algunos lugares son puntos neurálgicos de actividad y conversación. En el centro del pueblo se forman algunos corrillos de vecinos que se encuentran. También la panadería se convierte en un continuo ir y venir. Hay pocas sonrisas y muchos rostros cariacontecidos. El tema de los niños "está en la tele y la radio todo el día", comenta una vecina, "es inevitable no hablar de ello", apunta.

La mayoría de los actos de apoyo a la familia o de repulsa hacia quien podría ser el autor de semejante atrocidad se han realizado fuera del pueblo, casi siempre en Huelva capital. A pesar de ello, se pueden ver carteles en la calle con los rostros sonrientes. Son las únicas sonrisas que se pueden contemplar en el pueblo, de los dos niños desaparecidos el día 8 de octubre del 2011 en Córdoba. "Se me ponen los pelos de punta cuando veo el cartel con la cara de los niños al entrar", comenta un hombre mientras toma un café en un bar. Es el tema de conversación más habitual, junto a él, otro vecino lamenta todo lo que está ocurriendo y asiente lo que comenta su compañero de tertulia. No por esperada la noticia de la aparición de los restos de huesos en la hoguera de la finca cordobesa que podrían pertenecer a los pequeños Ruth y José ha caído con menos fuerza. La familia es muy conocida en San Bartolomé, "aunque hace tiempo que viven en Huelva", apuntan.

No es el único punto de reunión de los habitantes de San Bartolomé de la Torre. En una panadería situada próxima a la parada de autobús no para de entrar gente a comprar pan y dulces. "La gente entra, comenta, se forman corrillos". Numerosos bartolinos no pueden evitar su indignación. "Si ha sido el padre, que hagan lo mismo con él", apuntan. No obstante, siempre hay quien se lamenta y no confía en la justicia. "Tal y como está la justicia en España, no creo que este tío se vaya a morir en la cárcel, que es lo que tendría que ser y lo único que se hace es gastar el dinero en investigaciones, policías...", sostiene un vecino, y apunta que "es lo mismo que ha pasado con el caso Marta del Castillo, porque lo peor es la incertidumbre".