No sabemos la expectación que suscitó la inauguración del Templo Romano en el siglo I después de Cristo, pero podemos contarles la que había ayer en el XXI. Corduba se rindió a su pasado romano. La eliminación de la jaula que envolvía los restos y su sustitución por una valla de metacrilato de 1,40 metros han tenido un efecto espectacular. La curiosidad por la nueva imagen del templo movió a numerosos cordobeses a acercarse a Claudio Marcelo, que desde ayer es también una calle más ancha, ya que al haberse retranqueado la valla se han ganado dos metros de acera. Los más orgullosos, los responsables directos de esta dignificación de la herencia romana: el jefe de arqueología de Urbanismo, Juan F. Murillo; la arquitecta municipal, María del Carmen Chacón; la responsable del Casco Histórico de la Gerencia, Rosa Lara; y el concejal de Patrimonio, Rafael Jaén. "Este es el trabajo de muchas personas --reconoció Murillo--. El pasado debe ser un motor, un factor para mirar con optimismo al siglo XXI", reflexionó el arqueólogo. Entre los más contentos, sin duda, los comerciantes de la calle Nueva, que recientemente han creado la Asociación de Comerciantes Templo Romano. Su presidenta, Maica Rivero, se mostró muy esperanzada del nuevo reclamo turístico, en cuya apertura al público tienen puestas muchas esperanzas los empresarios de esta céntrica zona. Juan Ponce, dueño de Obvio, otro de los comercios de la calle, corroboró las optimistas perspectivas de Maica, quien ofreció además una copa al final del acto en su establecimiento, La caña de España. Por supuesto, a la reapertura no faltaron representantes políticos de todos los partidos políticos e instituciones, que por una vez y sin que sirva de precedente coincidieron en aplaudir la intervención arqueológica y confiaron en lograr la financiación necesaria para culminar el proyecto. Críticas hubo pocas, aunque a algunos la nueva iluminación les pareció demasiado tenue. Por último, añadir que también hubo agoreros que no se cansaron de decir que los restos serán pronto pasto del vandalismo. Pero, aviso a navegantes, el templo tiene un circuito de cámaras de seguridad.