Córdoba es la única capital andaluza que superó los límites legales de ozono troposférico durante el año pasado, según destaca el coordinador de Ecologistas en Acción y responsable de Calidad del Aire en Andalucía, Eduardo Gutiérrez, basándose en los resultados del informe La calidad del aire en el Estado español durante 2018, que ha sido publicado recientemente. El documento incluye a Córdoba y la zona industrial de Puente Nuevo entre las que superan el objetivo establecido por la normativa para este contaminante, que se sitúa en 120 microgramos por metro cúbico durante periodos de ocho horas y en un máximo de 25 días al año.

La media de las estaciones de control ubicadas en la Asomadilla, la avenida Al Nasir, Lepanto y el Parque Joyero indica que estos valores se alcanzaron durante 38 días el año pasado aunque, en el caso concreto de la primera, la presencia de ozono fue más elevada de lo recomendado para la salud durante 58 días. De otra parte, a diferencia de lo recogido por la norma europea, la Organización Mundial de la Salud aconseja que no se sobrepasen los 100 microgramos por metro cúbico en períodos de ocho horas, lo que en las estaciones cordobesas se produjo en una media de 111 ocasiones.

Por otra parte, la capital también excede, aunque de forma leve, los límites recomendados por la OMS para la presencia de partículas en suspensión. En el caso de las menores de 10 micras, contabilizó una media de cuatro días (uno más de lo permitido) con una concentración superior a los 50 microgramos por metro cúbico, un dato que en la estación del Parque Joyero se eleva a 12 días. En cuanto a las partículas menores de 2,5 micras, este organismo establece el máximo en tres días con 25 microgramos por metro cúbico y las estaciones de la ciudad registraron cuatro.

El informe de Ecologistas en Acción señala que los contaminantes más problemáticos en España durante el 2018 fueron los dos citados, el dióxido de nitrógeno (NO2), que en Córdoba presenta unos valores por debajo de los límites aconsejados, y el dióxido de azufre (SO2), que no registró ningún día con valores superiores a lo recomendado.

En cuanto a Puente Nuevo (que se cerrará, previsiblemente, el año que viene), la organización manifiesta que esta central térmica es una de las quince más contaminantes de España. En el caso de esta zona industrial, el análisis recoge los datos de las estaciones instaladas en Obejo, Poblado (Espiel) y Villaharta, apuntando que el año pasado se superaron los límites legales de ozono troposférico y se excedió la recomendación de la OMS durante 159 días.

El informe subraya que «toda la población andaluza respira un aire perjudicial para la salud» y, haciendo hincapié en los casos más graves, destaca que 830.000 andaluces viven en las cuatro zonas donde se superan los límites legales de NO2 (área metropolitana de Granada), partículas PM10 (Villanueva del Arzobispo) y ozono (Córdoba y zona industrial de Puente Nuevo).

Al hilo de estos datos, Eduardo Gutiérrez recuerda que cuando se sobrepasan los límites de mala calidad del aire los ayuntamientos están obligados a aplicar planes de acción para reducir la contaminación y cita como ejemplo las medidas planteadas en el tráfico de vehículos madrileño. Acerca del origen de este problema, detalla que, debido a la ausencia de industria, en Córdoba se mide la contaminación generada por el tráfico, lamentando que «no se está haciendo nada para reducirlo y es un error. Tarde o temprano habrá que rebajarlo, porque la UE obligará a hacerlo».

En este sentido, cabe recordar que el plan de Mejora de la Calidad del Aire de la Aglomeración Urbana de Córdoba, aprobado el año pasado por el Ayuntamiento, informa (con datos relativos al 2016) de que el parque municipal cuenta con 146.536 turismos y un total de 215.384 vehículos de todo tipo para una población de 325.708 habitantes.

Por esto, el portavoz de Ecologistas en Acción en esta provincia, Juan Escribano, entiende que «los ciudadanos somos responsables directos de la calidad del aire que respiramos y también las autoridades públicas, que no ponen remedio y facilitan la utilización del vehículo privado». Asimismo, manifiesta que las estaciones de control «no lo detectan todo, las dioxinas y los furanos no se detectan, porque son muy pequeñas», y abunda en que, «probablemente, el gran problema de la calidad del aire en Córdoba sea que se está incinerando en la cementera, las dioxinas y los furanos pasan el filtro de la chimenea y estos son carcinógenos. Favorecen, junto a otros factores como la edad y la exposición a otros disruptores endocrinos, la aparición de cáncer, lo que afecta, sobre todo, a menores de 16 años».

De su parte, en Cosmos afirman que «las dioxinas y furanos se producen en procesos de combustión y en la industra cementera son tan bajas que por eso no se miden, porque sus parámetros son muy inferiores a lo recogido en la normativa». Asimismo, desde esta fábrica indican que «emitimos lo mismo y en algunos casos nuestras emisiones son menores con valorización (empleo de un combustible derivado de residuos sólidos urbanos) que con combustible tradicional», e insisten en que su actividad «se rige por la normativa de la UE, que es la más exigente del mundo». Por otra parte, recuerdan que en estos momentos las instalaciones funcionan solo durante seis meses al año debido a la situación económica.