-¿Qué es lo que más le preocupa de la cuenca hidrográfica?

-Tener la capacidad suficiente para convencer de que hay que tratar el agua de otra manera. Hace unos días lo decía en la Universidad de Córdoba. Nuestra manera de relacionarnos con el recurso tiene que cambiar, tienen que cambiar los parámetros con los que funcionamos. La manera que tenemos de relacionarnos con el agua tiene que ser diferente. Tenemos que saber que el agua no es ilimitada, que el ciclo del agua es un ciclo que cada vez controlamos menos. Los recursos realmente utilizables van a ser menores. Y eso es así y tenemos que acostumbrarnos a esto y cambiar nuestros ejes de coordenadas hacia otra manera de ver el recurso, ahorrando más, con más prudencia, con mejor gestión, con una mayor capacidad para no perder la última gota. Debemos actuar, sobre todo, con racionalidad.

-Ante esta situación, ¿la posibilidad de nuevos regadíos se circunscribe a las aguas procedentes de las depuradoras? ¿En ningún momento se puede pensar en una redistribución de las dotaciones? ¿Cómo se pueden justificar dotaciones de agua de 6.000 o 7.000 metros cúbicos por hectárea en una cuenca deficitaria para cultivos poco sociales?

-En la Confederación gestionamos la realidad de la cuenca del Guadalquivir, que tiene una determinada capacidad. Yo no le voy a decir a ningún agricultor lo que tiene que cultivar. Le puedo aconsejar, pero no es nuestro cometido. Ante las peticiones que hay de las comunidades, otorgamos el agua entre todos. Hay una comisión de desembalse en la que tratamos los temas y buscamos hacerlo de lo mejor posible. Entiendo que en Córdoba hay unas determinadas necesidades, pero siempre lo digo, aquí gestionamos una unidad de cuenca, con lo bueno y lo malo de toda la cuenca, con las ventajas e inconvenientes. Hay gente que piensa que tantas hectáreas de regadío de olivar son demasiadas y quienes piensan que dotaciones de 6.000-7.000 metros cúbicos para el arroz también es malo. Intentamos compaginar todas las opiniones y gestionar todo esto. No podemos hacerlo de otra manera. Con el plan vigente no hay ninguna otra forma de obtener una nueva hectárea de regadío que no sea con las aguas regeneradas o mediante el ahorro. Hay que ser conscientes de dónde estamos, de lo que tenemos en cuanto a regadío y recursos y sobre esa línea nos tenemos que mover. Creo que hay que abogar por una contención de los regadíos. Los recursos, el suelo, la erosión, el cambio climático están ahí y tenemos que pensar en lo que ha ocurrido con la gota fría.

-¿Ha llegado tarde Córdoba al regadío con relación a otras provincias como Jaén, que tuvo dirigentes políticos que defendieron la creación de regadíos y lo consiguieron?

-No voy a decir si es tarde o pronto. Lo que tenemos se ha hecho con un proceso participativo y lo que se va a hacer también. Todo el mundo puede opinar y a mí no me duele prendas en charlar. Nuestra visión es de unidad de cuenca. Entiendo algunas declaraciones de un cordobés, pero cualquier ciudadano de la cuenca tiene que entender que nosotros no vemos líneas que separan provincias. Nosotros vemos una cuenca.

-Especies invasoras como el mejillón cebra siguen extendiéndose. Ya han llegado a embalses de Cádiz. ¿Qué se está haciendo y en qué situación está la cuenca?

-Estamos preocupados y ocupados por que las especies exóticas invasoras no sigan avanzando. Nosotros, aunque la competencia recae sobre las comunidades autónomas, trabajamos en los embalses, ríos o canales de riego para que el mejillón cebra no siga avanzando. Tenemos un convenio con Emproacsa y hemos aumentando un 44% la inversión para la detección precoz y observar la evolución de los embalses en la provincia, y tenemos otro pliego nuevo este año de 84.000 euros. Todos tenemos que hacer pedagogía. Muchas veces hay pueblos que se enfadan porque no dejamos hacer determinada prueba en un embalse. No dejamos porque las larvas del mejillón no se ven y con que alguien se suba a una tabla de surf y vaya de un embalse a otro, todo el trabajo y toda la inversión se van al garete. Por eso hay que concienciar a la población. Los medios de comunicación son importantes para ello. Muchas veces no nos damos cuenta de la importancia de ciertas cuestiones. 40 millones se han gastado en el Guadiana por el camalote, una especie invasora que provoca daños irreparables y es muy difícil de atajar. Con el mejillón pasa lo mismo. Trabajamos con distintas comunidades de regantes, con Feragua. Ahora mismo está en Iznájar y La Breña y esperamos que no se extienda.

-Uno de los proyectos que siguen aún sin cerrarse es el del aprovechamiento de las aguas procedentes de las EDAR para su utilización en el regadío. ¿En qué etapa está esta tramitación?

-En el plan hidrológico que acaba el 31 de diciembre del 2021 estaba establecido que hubiera 20 hectómetros cúbicos de aguas regeneradas para nuevos regadíos. Hubo un procedimiento para ese reparto; ahora estamos en la tramitación de la gestión de esos derechos. El procedimiento se encuentra en la Comisaría de la CHG, que está viendo los proyectos que se presentaron. Córdoba es la provincia de la cuenca que más solicitudes aprobadas tiene, en concreto 9. Aproximadamente, van a regar 4.200 hectáreas nuevas de regadío en la provincia de Córdoba. La cuestión está en que también aquí hay que ser un poco cautos. El hecho de que sea agua regenerada no significa que no forme parte del ciclo hidrológico. Puede llegar a los embalses, filtrarse y acabar en los acuíferos.

-Según los plazos, ¿cuándo podrían utilizar estas aguas regeneradas por los agricultores?

-Se está viendo la concesión y si cumplen. En la cuenca han sido 25 comunidades las que han optado, pero hay que ver si son acordes. Aunque hagamos un esfuerzo muy grande, el trabajo aquí es mucho y los expedientes son muy largos porque se exige garantía jurídica y algunos procedimientos para los regantes se hacen más largos de lo deseable. Puede ser un año o dos, dependiendo de cada comunidad.

-A la Confederación se le cuestiona una estructura poco ágil en la resolución de problemas o demandas. ¿Ha cambiado algo la situación desde su llegada?

-No sé si hemos mejorado o no. Nosotros intentamos resolver con la mayor celeridad a nuestro alcance posible los problemas de todos los usuarios. Estamos esforzándonos mucho. La cuenca es muy difícil de gestionar y van aumentando las exigencias de los usuarios.