Las tiendas tradicionales concentran el 45% del empleo generado en el sector del comercio cordobés, de acuerdo con los datos facilitados ayer por Crescencio Peñas, jefe de servicio de Comercio de la delegación territorial de Conocimiento, Empresas y Universidad de la Junta de Andalucía. Peñas participó en una charla coloquio celebrada por la asociación Futura, que tuvo lugar en la sede de la Fundación Cajasol bajo la denominación de Una mirada al comercio de proximidad en Córdoba.

Este experto destacó que el 95% de los locales comerciales tiene menos de diez trabajadores y factura el 26% del total de lo vendido en el sector. En contraposición a estos números, señaló que las grandes empresas representan el 0,1% del total, ocupan al 25% del personal y facturan casi el 30% del global. Para reflejar su importancia en Córdoba, también añadió que un tercio de los establecimientos que tienen actividad económica se dedican al comercio, que aporta una quinta parte del empleo. Sobre estos puestos de trabajo, además, subrayó que algo más del 60% son ocupados por mujeres. Peñas apuntó, asimismo, otras claves interesantes como que el 47% de las tiendas tiene menos de 50 metros cuadrados; el 37%, entre 50 y 100 metros cuadrados, y solo el 16% cuenta con más de 100 metros cuadrados.

En cuanto a la situación de esta actividad, el jefe de Comercio en el Gobierno andaluz explicó que durante los años de crisis «se ha acrecentado su carácter de sector refugio, lo que significa que accede gente con poca preparación, por lo que la mortalidad empresarial es elevada y hay una importante rotación». En esta línea, abundó en que «suele tener bastante dificultad para acceder a los recursos y afrontar la digitalización», y también cuenta con «poca capacidad para negociar con proveedores» por tratarse de empresas pequeñas. «Los estudios apuntan a una previsible reconversión del comercio que, seguramente, reducirá el número de empresas y aumentará el tamaño de las existentes», avanzó.

LOS RETOS/ En opinión de Crescencio Peñas, el comercio de cercanía tiene que afrontar dos retos para responder a la demanda actual, que son la formación, sobre todo, en nuevas tecnologías, y abordar el salto generacional, porque tiene una clientela fiel que está envejeciendo y no la está reemplazando con la población joven, «más interesada en el atractivo de los centros comerciales, que son más competitivos», afirmó. A modo de conclusiones, precisó que «el comercio tradicional tiene posibilidades si se especializa y usa las nuevas tecnologías», y que el electrónico «debe ser contemplado como un aliado». De este modo, propuso que este cohabite con el de la tienda física e hizo hincapié en que, de acuerdo con los estudios realizados, «la pervivencia del pequeño comercio que no utilice las nuevas tecnologías será muy corta».

El jefe de servicio de Comercio de la Junta en Córdoba planteó, entre otras ideas, que ya está «superado» el problema de equilibrio entre grandes superficies y locales pequeños, por lo que «la gran diferencia» ahora reside entre la empresa tradicional y la moderna, «que aprovecha las nuevas tecnologías para ofrecer un mejor servicio». Según los datos presentados por este experto, el comercio electrónico ya abarca más de un tercio de las ventas y seguirá aumentando su peso, «pero el tradicional no desaparecerá».

urbanismo/ Por otra parte, Crescencio Peñas aludió a la relevancia del comercio de cercanía en la historia de las ciudades y comentó la necesidad de «concienciar a los ayuntamientos de la importancia de que tomen en consideración la dimensión del comercio en el diseño de las ciudades», destacando que hay una serie de factores «que hacen que un espacio sea comercialmente importante», como la existencia de calles peatonales o semipeatonales y el entoldado de las mismas.