La cuarta victoria consecutiva del Córdoba, lograda el pasado domingo en Tarragona, ha logrado despertar definitivamente a la afición blanquiverde y a la propia ciudad. El club presidido por Jesús León puso ayer mismo la venta de entradas para el encuentro del próximo sábado en El Arcángel ante el Real Oviedo (18.00 horas) y antes de que se abrieran las taquillas, a las 11 de la mañana, se agolpaban centenares de aficionados que no querían esperar ni correr el riesgo de quedarse sin entrada para el vital encuentro contra los asturianos. Un quinto triunfo consecutivo no es algo habitual para los inquilinos de El Arcángel en los últimos años y la afición, conocedora de las dificultades por las que ha pasado el conjunto blanquiverde, se apresuró a retirar sus localidades.

El Córdoba, por su parte, intenta llenar por fin El Arcángel. Es verdad que con las políticas implantadas por Jesús León desde su llegada, el aspecto del coliseo ribereño ha sido sobresaliente, rozando en alguna ocasión los 18.000 espectadores. Pero la nueva propiedad pretende un lleno de reventón, de ahí que lanzara una oferta destinada a aquellos abonados que quieren ir acompañados y, sobre todo, a los que aún se muestran remisos a asistir a El Arcángel a pesar de la remontada que está protagonizando el equipo de Sandoval.

Habrá que acudir a varios ejemplos prácticos. Un abonado tiene siempre, lógicamente, asegurado su asiento. Si el sábado quiere acudir acompañado de otra persona (el máximo son dos), el asiento de ese acompañante le costará un euro en fondos, tres en preferencia o cinco en tribuna y anfiteatro. Pero si no tiene un asiento libre junto al suyo de abonado, el club le propone regalarle una a cambio de liberar dicho asiento de abonado. Así, el socio tendrá las dos entradas de dos asientos juntos y el club puede ocupar las localidades que los abonados suelen dejar libres.

Las taquillas volverán a abrir hoy, a partir de las 9 de la mañana y hasta las 14.00 horas, mientras que por la tarde el horario será de 16.30 a 19.30 horas. Ayer, el Córdoba no pudo respetar el horario y mantuvo abiertas las taquillas de forma permanente ante la demanda de público que se agolpaba más de una hora antes de la apertura, generándose largas colas. Al cierre, eran 3.800 las localidades vendidas, de las que en una primera valoración se entendía que un 20% aproximadamente podían ser de localidades liberadas por abonados. Los fondos y la preferencia baja se agotaron. En cualquier caso, y como en jornadas precedentes, el papel se agotará varios días antes de la celebración del encuentro, aunque en esta ocasión lo que se pretende es que El Arcángel registre un lleno completo o, como mínimo, que lo roce, de ahí la medida lanzada por el club, que pretende de esa manera evitar el absentismo de esos 4.000 abonados que, aproximadamente, aún se muestran reacios a acudir al estadio cordobesista.

Lo que sí ha garantizado la sorprendente reacción de este Córdoba es el apoyo de una afición y una ciudad que ve la salvación cada vez más cerca.