Tras una década sin constancia de labores de limpieza en la ribera del Guadalquivir a su paso por la capital, el 19 de septiembre del 2013, la CHG intervino en los dos kilómetros que separan al Puente Romano del puente de la autovía. Un año antes, la Junta realizó tareas de limpieza en la zona de los Sotos de la Albolafia. De esta forma, se dio tregua al profundo debate que ha ocupado durante años a las administraciones: ¿a quién compete el matenimiento de la ribera? En el 2017, la CHG repitió la acción, esta vez desde el puente de la autovía hasta la Isla de las Esculturas. Retiró 6,86 toneladas de basura, desbrozaron y talaron 62.000 metros cuadrados de vegetación y extrajeron 18.000 metros cúbicos de sedimentos, entre otras cosas. Pero las intervenciones realizadas en la ribera no tienen la continuidad en el tiempo que una parte de los cordobeses exige, sino que han seguido un patrón aparentemente atemporal. Ahora, las quejas evocan aquel debate -este debate- de las administraciones que, a día de hoy sigue sobre la mesa.