Es tal la importancia que tiene el olivar en la producción final agraria (PFA) de Córdoba que cuando se registra una alteración al alza o a la baja el resultado final de los ingresos se ve muy afectado. Los altos precios del aceite de oliva durante la campaña 2015/2016 han propiciado que las cuentas del campo cordobés alcanzaran durante el 2016 un récord histórico, con 1.323 millones de euros, lo que supone un 30,7% más respecto al 2015. Solo el aceite de oliva y la aceituna de mesa representan el 64,4% de la producción final agraria de la provincia, con un valor de 852 millones. En segundo lugar se situó la producción ganadera, con 237 millones (+2%) y el 18% del valor de la PFA. En este subsector destaca la leche, con 111 millones de valor, seguido del porcino (46,9), el ovino (36,6) y el bovino de carne (22,4). La ganadería cordobesa significa el 20% de la producción andaluza, siendo líder la provincia en vacuno de leche. Tras la ganadería se encuentran las hortalizas (5,5%), los cereales (4,5%), que continúan perdiendo protagonismo por la caída de precios; frutales cítricos (3,6%), otros cultivos (1,2%), industriales (1,1%), viñedo (1%) y frutales no cítricos (0,8%). El delegado provincial de Agricultura, Francisco Zurera, destacó ayer la influencia del olivar para que se haya alcanzado este máximo histórico de la producción, en un año marcado porque «las precipitaciones estuvieron mal distribuidas y las temperaturas fueron superiores a la media y hubo un descenso en el valor de los herbáceos». Así, continúa produciéndose una depreciación de cultivos como los cereales, por las bajas cotizaciones que están alcanzando en el mercado el trigo o el girasol. Sin embargo, Zurera indicó que se ha mantenido la estabilidad en otras producciones y en la ganadería. Junto a las buenas cotizaciones del aceite, el representante de la Junta incidió en la estabilidad de la ganadería, pero también en la diversificación de sistemas agrarios en la provincia, lo que permite «que no seamos exclusivamente dependientes del olivar».

Zurera resaltó la creciente importancia de los cultivos leñosos, con el olivar, pero también con el almendro, los cítricos o el viñedo. «Estamos produciendo lo que demanda el mercado. Es importante la apuesta por la innovación, el riesgo empresarial asumido y el apoyo de tantas familias que luchan por el sector en la provincia», dijo el delegado de Agricultura, que además remarcó el valor creciente de las exportaciones agroalimentarias. «El aceite de oliva sigue siendo nuestro producto estrella, presente en miles de mesas en todo el mundo y podemos estar moderadamente satisfechos con la evolución del sector primario», añadió.

Con respecto a los precios del aceite de oliva, dijo que tienen una cotización «más alta» que el año anterior como consecuencia de la menor producción internacional. «La apuesta por la calidad, la comercialización y la internacionalización está dando sus frutos y el año que viene, posiblemente, sea mayor el balance económico», explicó. Sin embargo, consideró que «hay que conseguir que no baje el consumo». El sector olivarero «necesitaría una estabilidad en los precios». «Hemos estado en años de muchas dificultades y ahora estamos en otra etapa. Los mercados están reconociendo las producciones agrícolas y ganaderas», indicó. Francisco Zurera calificó los precios del aceite de oliva de «razonables». Además, indicó que la demanda «está demostrando que no se está produciendo un descenso del consumo».

Sí advirtió el delegado de Agricultura de la situación de la Campiña cordobesa. «Está cambiando el paisaje, los olivos, los frutales, se están apoderando de la Campiña. Ésa es una realidad y el agricultor tiene que valorar la sostenibilidad de los campos. No es bueno que haya un único cultivo y Córdoba es un ejemplo de diversificación agroganadera», añadió Zurera.